Alberto Núñez Feijóo ha hecho pivotar su discurso de la investidura en torno a la amnistía que Pedro Sánchez está negociando con los partidos independentistas. A su entender, el presidente en funciones vive cautivo de Junts per Catalunya y Esquerra Republicana y, en la cámara baja, se ha comprometido a "no defenderlo". "No lo haré porque tengo principios, límites y palabra". Por eso ha apelado a la "integridad" de Sánchez para que diga basta a la exculpación de independentistas que, según ha explicado, no es "aceptable ni ética ni jurídicamente", al margen de proponer crear el delito de deslealtad institucional y endurecer el de malversación. Por otra parte, el líder del PP ha puesto sobre la mesa seis pactos de Estado, entre los cuales destaca la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), rebajas del IRPF, una reforma fiscal y cambios en el sistema de financiación autonómica.
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El inicio de Feijóo ha sido una declaración de intenciones. Así ha arrancado: "La amnistía o cualquier fórmula análoga es un instrumento adecuado para superar el conflicto catalán. No se resolverá de forma definitiva si no contemplamos el derecho a decidir del pueblo de Catalunya mediante un referéndum o cualquier fórmula equivalente o análoga. ¿Con eso tendría suficiente, verdad?", se ha preguntado Feijóo, haciendo alusión a una cita de carácter independentista y que se ha respondido él mismo: "Pues no, no lo defenderé porque tengo principios, límites y palabra". El discurso ha intentado desgastar al máximo a Pedro Sánchez, de quien cree que tiene la soga en el cuello por parte de los independentistas. En este sentido, ha recordado, "tengo a mi alcance los votos para ser presidente del gobierno" y ha añadido: "Pero no acepto pagar el precio que me piden para serlo".
En contraposición al PSOE, el dirigente gallego ha hecho una enmienda a la totalidad de la reforma del Código Penal que han impulsado los socialistas para contentar los independentistas. En esta línea, ha propuesto crear el delito de deslealtad institucional, recuperando el espíritu de la sedición, y endurecer el de malversación, como instrumentos "para proteger la dignidad del Estado".
Según su punto de vista, acceder a la petición de Junts y ERC sería "abusar de la confianza de los votantes y eludir un deber". "Me siento representante de la inmensa mayoría de españoles que el 23 de julio votaron a partidos que tampoco llevaban al programa electoral ni la amnistía ni la autodeterminación ni cualquiera formula equivalente o análoga". En la tesis que ha defendido desde la tribuna de oradores, ha recordado que la amnistía "no es aceptable ni ética ni jurídicamente", a la vez que ha insistido que "fuera de la Constitución no hay democracia".
Feijóo ha invertido mucha energía en advertir a los partidos independentistas de abrirse a pactar con Pedro Sánchez. "¿Qué les hace pensar que todo lo que hoy se utiliza para satisfacer sus exigencias no se utilizará contra ustedes cuando ya no les necesiten?”. En concreto, se ha dirigido directamente a PNB y Junts para recordarles que a él no le han votado para entregarles la autodeterminación o la amnistía, como tampoco les han votado "para que se aplique la política económica de Podemos". En este contexto, ha insistido en alertar a estas fuerzas de las “consecuencias electorales de sus alianzas”, de las cuales ha dicho que “no son muy rentables”. Y ha insistido en que se equivocan al reducir su razón de ser “casi en exclusiva a la cuestión identitaria”.
Llamamiento al PSOE para que rectifique y la soledad de Feijóo
Este es el marco que ha reseguido Feijóo para transmitir que Pedro Sánchez está sucumbiendo a la “desigualdad entre todos los españoles”. Incluso se ha referido a todos los expresidentes españoles y a los anteriores secretarios generales del PSOE que, según ha dicho, no aceptarían ni de lejos la propuesta independentista: Adolfo Suárez, Felipe González, José María Aznar, Mariano Rajoy y, incluso, José Luis Rodríguez Zapatero. Sobre esto ha dicho que “todos nuestros predecesores habrían respondido lo mismo, porque lo que plantea el independentismo es una aberración jurídica”.
Ahora bien, a pesar de no hacer ningún llamamiento público a la desobediencia y al transfuguismo, el líder del PP ha apelado a los socialistas descontentos por los “desprecios” del presidente español y, en este punto, se ha limitado a decir que los díscolos del PSOE no están “solos”. “Su esfuerzo no será en vano”, ha sentenciado.
El mensaje persigue el objetivo de evidenciar la obstinación de Sánchez para mantenerse en el poder. De hecho, cree que todavía hay tiempo para que el PSOE y el PP se pongan de acuerdo y, en este sentido, ha lamentado “la incomunicación” entre los dos grandes partidos españoles y ha defendido que sería “lógico” que se entendieran para alcanzar “grandes acuerdos” en democracia. Al PSOE y al resto de partidos, incluidos los nacionalistas, les ha ofrecido un gobierno en solitario del PP que “deje atrás bloques y bloqueos”, que “garantice la estabilidad del país” y que aborde “un programa de reformas” que debería cristalizar en seis grandes pactos de Estado.
La oferta del PP tiene una limitación más que evidente y así ha quedado demostrado a la vista de todo el mundo. Feijóo se ha quedado estancado en los 172 votos, que le proporcionan su partido, Vox, Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro. A los ultras les ha agradecido, “a pesar de nuestras discrepancias”, que no hayan condicionado sus votos “a su presencia en el gobierno”.
La oferta de Feijóo: seis grandes pactos de Estado
En la línea de lo que ofreció durante la ronda de contactos, Feijóo ha ofrecido un gobierno en solitario del PP que se sustente en seis grandes pactos de Estado que aborden un programa de reformas. Entre ellas, ha propuesto renovar la cúpula del CGPJ a la vez que se registre en el Congreso una ley de reforma del modelo de elección: “En la nueva ley debemos asumir el cierre total de las puertas giratorias entre el poder ejecutivo y el judicial y garantizar la independencia absoluta de la Fiscalía General del Estado”.
En el ámbito económico, el dirigente gallego ha apostado por tomar decisiones a favor de las familias con más dificultades y, según su propuesta, la prioridad es “reducir el IRPF a las rentas bajas y medias” para compensar la subida de la inflación y extender “temporalmente” la rebaja del IVA de la carne, el pescado y las conservas”. A la vez, también ha puesto sobre la mesa ayudas a las familias, una reforma fiscal y cambios en el sistema de financiación autonómica.