El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha aterrizado esta mañana a un desayuno-coloquio en Barcelona con la voluntad de rehacer puentes con Catalunya y se ha dedicado a fondo. De entrada, con la presencia a su lado del president José Montilla. Pero también con un inesperado reconocimiento al president en el exilio, Carles Puigdemont, a quien desde una discrepancia sin ambages ha reconocido respeto, además de admitir que había mantenido contactos indirectos. "Hay otros que mienten mucho, y Puigdemont todo el mundo sabe qué pide. A mí, por descontado los contactos, no personales ni directos, pero sí indirectos, no nos ha mentido. Eso es un valor. Cuanto menos en la política que practico y me interesa", ha admitido.
La de Puigdemont ha sido la última respuesta de Feijóo después de más de una hora de intervención. Uno de los asistentes le ha preguntado si conocía al político exiliado y si no cree que sería bueno hablar con él. Curiosamente, la cuestión le ha sorprendido, con el añadido que en un primer momento ha pensado que surgía de un dirigente popular tarraconense. Feijóo ha explicado que conoce a Puigdemont porque coincidieron un tiempo, el uno como president de la Generalitat y el otro de la Xunta de Galicia. Ha explicado que no habían hablado mucho "porque no ha habido ocasión". "Creo que Puigdemont tiene claro lo que piensa. A mí eso de la verdad me interesa", ha admitido.
A partir de aquí, ha dejado clara la distancia sideral que les separa por lo que respecta a su "pensamiento político" que, según su opinión, no coincide tampoco con el de la mayoría de los catalanes ni con sus intereses. "No tengo más comentarios que hacer. Tiene asuntos pendientes con la justicia, que creo que sería bueno que saldara", ha remachado.
Durante las negociaciones para su investidura, Feijóo había admitido que habían mantenido contactos con Junts, lo cual se convirtió en el desencadenante público de la tensión con el líder del partido en Catalunya, Alejandro Fernández. No obstante, no había reconocido públicamente el diálogo con Puigdemont, aunque se publicó que un dirigente de esta formación se había entrevistado con él.
Alejandro Fernández, presente al inicio del desayuno, ha tenido que ausentarse poco después de iniciarse el parlamento de Feijóo, el cual se ha encargado de excusarle, explicando que no podía asistir porque a la misma hora había la sesión de control al Govern en el Parlament de Catalunya. En la mesa presidencial del desayuno, flanqueaban a Feijóo, además de Montilla, a algunos de los líderes del partido, como el alcalde de Badalona, Xavier Garcia Albiol, o la eurodiputada Dolors Montserrat.
Montilla, en el acto
El líder popular ha empezado su intervención agradeciendo de manera especial la presencia de Montilla, y la capacidad que demuestra de escuchar a los otros, y al acabar ha alabado su "caballerosidad". No obstante, entre un reconocimiento y el otro, Montilla ha tenido que encajar una avalancha de reproches no solo al PSOE sino también al PSC, y en especial al Pacto del Tinell, que arrinconó la posibilidad de un pacto del PSC con el PP en Catalunya. Feijóo no solo ha tildado de "mentira" y "error histórico" aquel acuerdo, que hizo posible el primer tripartito entre PSC, ERC e ICV encabezado por Pasqual Maragall, sino que ha reprochado que aquel texto "empezó a ser uno de los orígenes de la desafección política que ha sufrido Catalunya" y que años después denunció el propio Montilla.
Saludo de Rufián
Montilla no ha sido el único dirigente a quien Feijóo ha reconocido la capacidad de hablar con los que piensan diferente. El líder popular ha revelado que al acabar su discurso en el debate de investidura que protagonizó el pasado mes de septiembre, el responsable del grupo parlamentario de ERC, Gabriel Rufián, se acercó a su escaño a felicitarlo. El político gallego ha considerado este como un "síntoma de normalidad política, de buena educación y de respeto".
Pocas novedades más ha aportado la intervención donde ha reiterado el rechazo de su partido a una ley de amnistía. El día siguiente de la firma del acuerdo entre PSOE y Sumar, Feijóo ha dedicado buena parte de la intervención a criticar lo que describe como "mucha pirotecnia y mucho fuego de artificio". Ha reprochado que estos dos partidos se han comprometido a sacar adelante muchas propuestas que ya pactaron hace cuatro años y que no han cumplido, mientras que por lo que respecta a propuestas como eliminar vuelos que se puedan cubrir con dos horas y media de tren ha ironizado: "No sé si se suspenderá o no el puente aéreo, pero les puedo asegurar que si se suspende quedarán prohibidos los vuelos en España en Falcon y Superpuma, porque con alternativas de dos horas y media no hace falta Falcon ni Superpuma".
Catalán en Europa
El líder popular ha cargado contra la política exterior del Gobierno y la respuesta de PSOE y Sumar al conflicto en Israel —"cuando el presidente de Malta o Chipre habla con normalidad del conflicto con Netanyahu y nosotros necesitamos 15 días para que se ponga al teléfono quiere decir que hemos perdido peso internacional", ha reprochado; y también contra la propuesta de España, a raíz de la exigencia de Junts, de reclamar la oficialidad del catalán en Europa: "que el ministro de exteriores español llegue a Europa con una guerra en Ucrania, con un conflicto en Oriente Medio, y una tensión internacional como no había hace décadas y lleve a sus colegas este planteamiento, me imagino qué deben decir", ha ironizado.
Feijóo se ha presentado en Barcelona con un mantra, "Catalunya necesita una revolución de la verdad", que ha desplegado explicando cómo este territorio ha perdido desde el 2017 hasta ahora en funcionamiento de las infraestructuras o en calidad del servicio de salud, mientras que sus ciudadanos son los que pagan más impuestos. La conclusión del líder del PP es que tiene intención de menudear su presencia en este territorio, "porque Catalunya es una prioridad política" y porque sigue "admirando el pueblo catalán".