Alberto Núñez Feijóo hace el desembarque definitivo en Madrid. Pocos días después de presentar su dimisión como presidente de la Xunta de Galicia, responsabilidad que ha ocupado durante 13 años, el flamante presidente del Partido Popular se convertirá en senador por designación autonómica y tomará el relevo de Juan Serrano, que presentará la renuncia al acta este lunes. Este cambio permitirá que Feijóo pueda confrontar directamente con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en las sesiones de control al ejecutivo que se hacen los martes —no cada semana— en la Cámara Alta. Hasta ahora, el que será el presidenciable de la formación conservadora no tenía un espacio donde rivalizar con Sánchez y ejercer el rol de jefe de la oposición, un hecho que podía haber supuesto que no protagonizara ningún cara a cara con el líder del ejecutivo hasta, al menos, los debates electorales.
En esta línea, la única opción que tenía Alberto Núñez Feijóo pasaba por ser senador. El Senado lo integran 208 miembros elegidos directamente en las elecciones por circunscripciones provinciales y la composición de la cámara se completa con los llamados senadores territoriales. Cada comunidad autónoma cuenta con la representación de un senador en nombre de la autonomía y, en paralelo, se suma la elección de un senador por cada millón de habitantes que tiene aquel territorio. En el caso de Galicia, se escogen 3 en total. El PP, con mayoría absoluta en Galicia, podrá escoger a Feijóo como senador. De hecho, no se trata del único cambio que se producirá en las filas populares en la Cámara Alta, sino que también dejará el cargo de senadora a Elena Muñoz y, en su lugar, entrará Miguel Tellado.
¿Podría participar en el Debate del Estado de la Nación?
Para más inri, el acta de senador podría conferir a Alberto Núñez Feijóo la posibilidad de participar en el Debate sobre el Estado de la Nación, que Pedro Sánchez se comprometió a convocar antes del mes de junio. Ahora bien, si Feijóo quiere ejercer el turno de réplica a la intervención del presidente del Gobierno, tendrá que solicitarlo, aunque no estaría del todo garantizado que pudiera asumir este rol porque el reglamento no es lo bastante claro en este aspecto. Antonio Hernández Mancha, que fue presidente de Alianza Popular entre el 1987 y 1989, buscaba confrontar dialécticamente con el entonces presidente Felipe González. Hernández Mancha también era senador y no podía hacer réplicas a González en el Congreso. Entonces, optó por presentar una moción de censura —para ser candidato a la presidencia del Gobierno, no es necesario ser diputado— que fracasó y que los grupos parlamentarios de aquel momento criticaron por utilizar este instrumento como forma de ganar visibilidad.