El coronel no tiene quien le escriba, pero el Rey sí. Son los militares retirados que quieren fusilar a 26 millones de españoles y le envían cartas para que intervenga contra el gobierno de coalición. Unos veteranos que, también, tienen el apoyo de efectivos que están en activo. Ante este panorama, Felipe VI, vestido con el uniforme de la Armada, ha optado por pasar de puntillas durante la Pascua Militar. Se ha limitado a señalar la Constitución como el "camino escogido democráticamente por el pueblo español" y que los militares están "incondicionalmente comprometidos" con ella. El presidente español Pedro Sánchez lo ha observado todo desde primera línea, junto a los ministros Margarita Robles y Fernando Grande-Marlaska. El contexto no podía ser más explosivo para el monarca, y no por la pandemia, que ha sido el elemento menos atípico. La titular de Defensa sí ha sido mucho más explícita que el jefe del Estado.
Parece que el ruido de sables no llega a La Zarzuela. El Rey ha protagonizado hoy su séptima pascua militar, la peor desde que tomó las riendas del reino en 2015. Ha sido la más amarga. Se han cumplido las expectativas. No se esperaba nada de su discurso en la sala del trono del Palacio Real de Madrid. Como ya hizo en el discurso televisado de Navidad, ha pasado de puntillas por todos los escándalos que salpican la monarquía, a pesar de los muchos frentes abiertos. No sólo son los tejemanejes y la corrupción del padre, que también, sino también el ruido de sables proveniente de militares retirados y activos del Ejército español que le envían cartas en términos golpistas. Las mismas Fuerzas Armadas ante las cuales ha hablado hoy.
Así, en su discurso, el monarca español ha esquivado la carpeta caliente de los militares golpistas como ha podido. Como ya hizo por Navidad con la corrupción del rey emérito, lo ha resuelto con una referencia vaga que podría hacer en cualquiera otro parlamento. El Rey ha defendido que "todos estamos sujetos" a la Constitución española. La Carta Magna, ha añadido, "es el camino escogido libre y democráticamente por el pueblo español" y es, también "el origen de la legitimidad de todos los poderes e instituciones del Estado". Y ha concluido: esta legitimidad "se renueva cada día respetándola y observándola". No se ha salido en ningún momento del guion.
La gran mayoría del discurso del Rey se ha centrado en la pandemia del coronavirus y en la tarea que han realizado las Fuerzas Armadas en varios ámbitos para combatirla, desde la Operación Balmis hasta la Operación Baluarte. Incluso ha hecho referencia al aniversario de la expedición de Magallanes y Elcano, que ahora hace cinco siglos completó la primera circunnavegación de la Tierra. En cambio, para los militares que le envían cartas, no ha tenido ninguna palabra en público. Sólo un par de líneas libres de ser interpretadas.
Siguiendo el protocolo de esta ceremonia, Felipe VI ha concluido con un "viva España", que ha sido respondido con un "viva el Rey" de la cúpula militar.
Robles: "Una minoría insignificante"
A diferencia del Rey, Margarita Robles sí que ha querido tener unas palabras para los militares golpistas que envían cartas al monarca. La ministra de Defensa, que ha puesto en manos de la Fiscalía los chats de exmilitares retirados, ha asegurado que pertenece a una "insignificante minoría" que sólo "perjudica el prestigio" de unas Fuerzas Armadas "modernas y altamente preparadas" para el siglo XXI. Por eso, ha garantizado que los 120.000 hombres y mujeres que hoy integran el Ejército actúan con "la más estricta neutralidad política". Ha circunscrito nuevamente los episodios ultras a militares retirados, a pesar de algunos episodios de militares en activo.
Fiscalia lo investiga
Finalmente, la Fiscalía Provincial de Madrid decidió abrir diligencias el pasado diciembre para investigar a los exmilitares que se pronunciaban en términos golpistas y enviaban cartas al rey Felipe VI. Según el comunicado difundido, el ministerio público considera que en el chat XIX del Ejército del Aire ve que "se entregan manifestaciones totalmente contrarias al orden constitucional haciendo alusiones veladas a un pronunciamiento militar". Se produjo después de que el Ministerio de Defensa lo pusiera en manos de la Fiscalía. "Su conducta ejemplar no tiene nada que ver con manifestaciones que repugnan el respeto debido a una sociedad democrática, pluralista y basada en la libertad política e ideológica", aseguraba el Ministerio en su comunicado.