Los expresidentes del Gobierno Felipe González y José María Aznar han coincidido este miércoles en ver con buenos ojos una reforma de la Constitución para blindar la unidad de España y asegurar la pervivencia del modelo político surgido tras la Transición, dicen, ante "aventuras" como la que se ha vivido esta década pasada en Cataluña, en referencia al Procés. Lo han hecho durante su participación en la jornada "Diez años desde su partida: reflexiones sobre Adolfo Suárez", organizada por la Junta de Castilla y León y la Universidad Católica de Ávila.
El primero en aludir a esa posible reforma constitucional ha sido González, convencido de que es necesario "renovar la energía" de este país "de acuerdo con los tiempos". El exlíder del PSOE ha argumentado que los padres de la Constitución no dejaron expresamente zanjado el debate sobre la posibilidad de convocar o no un referéndum de independencia, por lo que ha defendido la necesidad de que PP y PSOE, como partidos mayoritarios en todo el Estado, lleguen a un acuerdo en este sentido, para frenar "aventuras" como la que se ha vivido en Cataluña.
El expresidente socialista ha señalado que en la historia de España se repite un patrón por el que cada 40 años, más o menos, se cambia de régimen. Sobre esto, ha avisado de que este tiempo está cumplido desde el modelo del 78, por lo que ha aconsejado reeditar acuerdos amplios como los que fraguaron la Constitución, ya que en su opinión es lo que demandan los ciudadanos con sus votaciones, aunque PP y PSOE "a veces no se hagan responsables" de esa realidad, valora.
Aznar: "La soberanía no es fraccionable"
Por su parte, Aznar ha expresado en un primer momento que no es partidario de cambiar algo "si las cosas funcionan bien", ha señalado que la Constitución española es un texto joven, en comparación con otras cartas magnas como la de Estados Unidos, y ha ensalzado que ha dado "pie a la convivencia entre españoles". Sin embargo, ha reconocido que "no es perfecta" y se ha mostrado partidario de esa supuesta reforma si es para "fortalecer la unidad de España" para "hacer más eficaz el Estado", aclarar que "la soberanía no es fraccionable" y para subrayar que "la monarquía parlamentaria sigue siendo una garantía para todos".
Con todo, ha puntualizado que previamente hay que "compartir ciertos objetivos" antes de abordar la reforma constitucional, ya que "si no, es imposible". Sobre el momento actual, el expresidente del PP ha asumido que "por desgracia, es imposible" por las circunstancias políticas actuales, dice, marcadas por la polarización y la falta de espacios para el acuerdo y para el desacuerdo razonable. En su opinión, en los últimos años el independentismo catalán, valora, ha dado "una patada al tablero" al marco de la Transición y a la Constitución: "Eso no es aceptable, ni olvidable, ni amnistiable", ha zanjado el exlíder popular.