El expresidente del Gobierno Felipe González vuelve a cargar contra la amnistía, medida de gracia al procés que el exlíder socialista ha criticado reiteradamente al considerarla un ataque a la Constitución del 78 y un doblegamiento incoherente del PSOE y del Ejecutivo de Pedro Sánchez ante el independentismo para mantenerse en la Moncloa. Lo ha hecho este jueves en Sevilla, después de recoger un premio a Alumni de honor en la universidad de la capital andaluza. Preguntado sobre la reacción de los fiscales a cargo de las causas vinculadas al Procés, que han solicitado al Fiscal General del Estado una aclaración sobre cómo aplicar la amnistía y qué criterio seguir ante una norma sobre la cual ellos mismos se han pronunciado escépticos, González ha hecho gala de ironía: ha tildado la situación de "lo esperable" y ha asegurado que "habrá que preguntarle a Puigdemont por dónde tenemos que ir en el futuro", insinuando que es el expresidente de la Generalitat y líder de Junts quien marca el paso a Sánchez.

Felipe González también se ha pronunciado este jueves sobre la necesaria renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), bloqueada desde hace más cinco años por la falta de acuerdo entre los partidos mayoritarios en las Cortes españolas, dado que el PP se ha negado a aceptar una renovación para no perder la mayoría derechista que mantiene al órgano de gobierno de los jueces, ya que últimamente ha habido mayorías parlamentarias del PSOE y sus socios de la izquierda y el nacionalismo vasco y catalán que podrían poner juristas afines. Al respecto, el expresidente socialista ha asegurado que "todo está en la letra de la Ley", recogido y detallado cómo se tiene que proceder.

Ante el ultimátum lanzado por el presidente del Gobierno a los populares para acelerar de manera urgente la renovación del CGPJ y la petición de sentarse a negociar, aunque sea con la mediación de Bruselas, o si no se buscará la forma de renovarlo por otras vías, como pactar con los socios un cambio de ley para que no hagan falta los votos populares —ahora mismo es necesario el consenso de 210 diputados, tres quintas partes de la Cámara—, González ha soltado que "si la quieren cambiar, que la cambien". Quien más presiona en este sentido es la rama de Sumar del Ejecutivo de coalición: la vicepresidenta Yolanda Díaz apuesta por prescindir del PP y avanzar en esta "regeneración democrática" de las estructuras del Estado, anunciada por Sánchez el mes pasado por las vías que haga falta. El PSOE, pero, se había mostrado mucho más moderado en este sentido hasta ahora.