Felipe González se mantiene en la línea de demonizar la amnistía. El expresidente del Gobierno ha vuelto a cargar duramente este lunes contra la exoneración de independentistas porque, según su opinión, perdonarlos implicaría "darles la razón" y asumir que los catalanes tenían todo el derecho de celebrar el referéndum del 1-O y que el Estado español actuó como fuerza represora. Después de recordar que él sí que se ha manifestado a favor de los indultos a los presos políticos y que no se quejó de la reforma del Código Penal, ha reivindicado su derecho a salir en tromba contra la amnistía. "La primera respuesta que se tenía que hacer a las leyes de desconexión tenía que ser política; y el 155, que se ha satanizado, es pura política", ha defendido en contraposición González.
El expresidente socialista ha hecho estas declaraciones en una entrevista en Antena 3, en la que ha definido a Josep Tarradellas como un "verdadero exiliado", a diferencia, según él, de Carles Puigdemont. "Yo estaba entre los muchos que gritaban 'Libertad, Amnistía, Estatuto de Autonomía', en la plaza de Catalunya de Barcelona", ha asegurado González; que también ha aprovechado para señalar que la amnistía del 77 estaba más justificada que una actual porque "había un cambio de régimen". Ha lamentado, así, que el actual PSOE esté dispuesto a otorgar al independentismo un protagonismo en la aritmética parlamentaria del Congreso que, según su opinión, sería evitable si se pusiera de acuerdo con el PP para gobernar el Estado.
"Tengo una edad para no callarme, y sería antidemocrático que alguien perdiera el derecho a decir lo que le parece", ha reivindicado Felipe González, ante las múltiples críticas que ha recibido en las últimas semanas por maldecir constantemente la amnistía. Sí que se ha mostrado contrario al lema de "España se rompe", porque "es mucho más fuerte de lo que algunos se imaginan". "Pero lo que sí que pasará es que estropearemos la convivencia", ha reivindicado.
Las palabras de Felipe González han llegado al día siguiente de que el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se declarara "a favor de la amnistía". El expresidente socialista, que acostumbra a actuar como escudero de Pedro Sánchez, opinó que la exoneración de independentistas serviría para superar el Procés. Y reivindicó la constitucionalidad de una ley de amnistía. Defendió que serviría, pues, para superar el "conflicto político gravísimo" que ha producido, según su opinión, una "división profunda" al Estado.
Zapatero cerró la puerta, sin embargo, a ejercer el derecho de autodeterminación en Catalunya. Porque "no es compatible" con el programa del PSOE. Según él, amnistiar a catalanes sí que lo es, porque es "una institución de la que disponen todas las democracias homologables a la española". Recordó que desde la Segunda Guerra Mundial ha habido "decenas de amnistías". "No hay ningún país occidental, democrático, europeo, que haya renunciado a la amnistía; unas figuran en la Constitución y otras no", dijo, aparte de declararse a favor porque favorecería el interés general de los ciudadanos del Estado español. De hecho, Zapatero defendió los "cambios de opinión" de Pedro Sánchez con respecto a Catalunya en los últimos años, y argumentó que estos cambios de rumbo son imprescindibles cuando se gobierna.