Hay privilegios reales que cuesta erradicar. La semana pasada se pudo constatar con el asunto sentimental de Iñaki Urdangarin: un hombre que ha entrado en la prisión por corrupción, lo han retirado de la imagen oficial de la monarquía española pero, a pesar de todo, sigue teniendo asignado un escolta personal que cumple con tareas tan diversas como comprar la comida para llevar de Urdangarin y servírsela en su despacho donde trabaja en Gasteiz. Porque, a pesar de todo, sigue siendo el marido de la infanta Cristina. Otro ejemplo lo encontramos hoy. Felipe VI concedió a su padre, Juan Carlos I, el privilegio de tener a su disposición un coche de lujo para ir a cazar hasta junio del 2020. A pesar del escándalo de los elefantes y su abdicación, solo decidió retirarle este regalo, unos meses después del escándalo de sus corruptelas y la investigación en la justicia de Suiza.
Un coche para cazar en Aranjuez
Felipe VI canceló un contrato de renting de la Casa Real con el Grupo Volkswagen-Audi por un Bentley Bentayga, un exclusivo vehículo tipo SUV valorado en más de 250.000 euros que iba a cargo de los presupuestos del Estado, según publica hoy El Confidencial. "El coche fue devuelto al fabricante de manera anticipada en junio del 2020 después de que el actual jefe del Estado concluyera que no era necesario para el desarrollo de las funciones propias de la institución", explicita el diario. Con él, el emérito fue a cazar durante tres años, desde finales del 2017, cuando la Casa Real le adjudicó junto con dos vehículos más de alta gama de la marca Audi, estos utilizados por otros miembros de la familia. La licitación se tramitó sin concurrencia con un importe final de 28.556 euros y una duración de un año, aunque fue prorrogada automáticamente durante los ejercicios siguientes. Este Bentley se habría paseado por la finca La Flamenca, de 4.000 hectáreas, situada en el sur de Madrid, en el valle de Aranjuez. Cuenta con más de 60 puntos desde donde cazar perdices, a solo 45 minutos en coche desde el centro de Madrid. Además, el servicio que gestiona las cacerías garantiza discreción y excursiones programadas de forma personal y confidencial.
Por otra parte, este modelo Bentley es un SUV de lujo. Actualmente se comercializa la primera generación, aunque actualizada en junio 2020 a través de un restyling. El Bentayga se caracteriza por ofrecer una imagen de lujo y exclusividad al más alto nivel, añadiendo además un carácter con ciertos toques deportivos como pasa en todos los modelos de la marca. Entre los modelos que aspiran a rivalizar con el Bentayga encontramos otros SUV de gran lujo, entre los cuales destacan los Rolls-Royce Cullinan y el Range Rover, aunque los expertos también incluyen el Mercedes-Maybach GLS y el BMW X7. Todos los asientos tienen función de masaje, calefacción y ventilación, y va equipado con techo panorámico y un potente sistema de sonido. El citado diario añade que "Juan Carlos I escogió una carrocería de color verde". Después del escándalo y la existencia de la Fundación Lucum, Felipe VI habría decidido cancelar el renting y el automóvil habría sido devuelto el 1 de junio de 2020.
Piscinas de lujo
Los ejemplos sobre privilegios no paran de repetirse. Patrimonio Nacional fijó gastarse para el 2021 hasta 500.000 euros en el mantenimiento de tres piscinas de la Casa Real. Este dinero sale del Ministerio de Presidencia. Un órgano que tiene, oficialmente, la finalidad de preservar el patrimonio histórico y cultural, pero no una piscina particular sin ningún tipo de atractivo arquitectónico. Más allá de las piscinas, Patrimonio Nacional también ha adjudicado contratos para la conservación de los edificios del complejo de La Zarzuela. En el caso de las piscinas, son dos de verano y una climatizada para la temporada de invierno. En su momento, el Estado justificó la partida como "trabajos específicos de mantenimiento de piscinas", tal como constata el epígrafe de contratación estatal de Patrimonio Nacional. Se excusa con el hecho de que cumple el decreto marcado por el Ministerio de Sanidad que establece "el cuidado de espacios públicos y privados". A efectos prácticos, en estas piscinas tan solo se pueden bañar Felipe VI, su familia y los invitados. Patrimonio Nacional dedica dinero y personal a la Casa Real. Según los últimos datos públicos del 2015, se destinan 122 trabajadores en La Zarzuela. Hay varios perfiles, entre ellos un arquitecto técnico y una ingeniera, pero también especialistas en protocolo para saber cómo actuar dentro de las dependencias del palacio.