El discurso de Felipe VI del 3 de octubre, más conocido como el discurso del "A por ellos", fue idea y obra del propio Rey. El diario ABC explica hoy cómo se gestó un texto que en lugar de conciliar añadió más leña el fuego; el monarca prometió actuar con firmeza y dar apoyo a todas las actuaciones que aplicara el Gobierno, es decir, el 155.
Según el artículo, el entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el rey despacharon como es habitual y Felipe VI le entregó a Rajoy unos papeles: era el discurso contundente que pensaba pronunciar aquella misma noche. Después de leerlo, Rajoy no tocó ni una coma y su única preocupación fue saber si el monarca hablaría en catalán. Felipe VI le dijo que no, que había valorado la opción, pero que finalmente solo se dirigiría "a la nación" en castellano.
Después de la reunión, el monarca activó toda la maquinaria para tenerlo todo apunte y grabar el mensaje. Según el mismo diario, con los seis minutos que duró el discurso "fue suficiente para que Felip VI borrara de golpe la sensación de que había un vacío de poder" y, por otra parte, para "dejar claro a la comunidad internacional que España seguía considerando Catalunya parte de su territorio".
ABC afirma que con aquellas palabras el monarca consiguió "devolver el ánimo y la esperanza a muchos españoles y también a muchos catalanes"; sin embargo, todo depende del prisma con que se mire.