La manifestación españolista que ha tenido lugar este domingo por la mañana en el paseo de Gràcia de Barcelona estaba convocada, inicialmente, contra la posibilidad de que se pacte una ley de amnistía, se ha convertido en un tiro a la diana contra Carles Puigdemont y también contra Pedro Sánchez, pero incluso ha recibido al rey de España, Felipe VI, que en una de las pancartas que se han podido ver durante el recorrido ha sido acusado de ser "cómplice del golpe de Estado". En concreto, en la pancarta había escrito "Felipe VI cómplice del golpe de Estado a las urnas, a la democracia y a la voluntad de los españoles".
Felipe VI se ha sumado así a Carles Puigdemont y Pedro Sánchez como blanco de las iras de los manifestantes españolistas en una manifestación que, comparada con la del mismo día de 2017, ha fracasado estrepitosamente: si entonces reunieron a 950.000 manifestantes según los organizadores (350.000 dijo la Guàrdia Urbana) este año la asistencia se ha visto significativamente reducida: 50.000 según la policía de Barcelona y 300.000 según los organizadores, muy lejos de las cifras de hace seis años cuando la entidad consiguió reunir a todos los partidos del 155, incluidos el PSC y el PSOE.
Sánchez, "traidor"
Aunque Puigdemont ha sido el gran protagonista de la manifestación por los gritos en su contra, ha habido otros nombres que han provocado una reacción furibunda de los manifestantes: primero, el de Pedro Sánchez, a quien han insultado reiteradamente, le han llamado "traidor" y en algunas pancartas aparecía su cara con un bigote emulando el de Adolf Hitler. El otro es el de Yolanda Díaz, a quien desde el escenario Àlex Ramos ha criticado su visita al president en el exilio. Si en otras ocasiones el hecho de citar al rey Felipe VI provocaba una oleada de aplausos entre los españolistas, hoy su nombre, después de encargar a Pedro Sánchez la investidura, ha pasado más desapercibido más allá de la pancarta que lo hace cómplice de la situación.
Quien ha triunfado, en todo caso, ha sido Isabel Díaz Ayuso, que ha eclipsado tanto a su presidente, Alberto Núñez Feijóo, como a Santiago Abascal. De hecho, mientras el líder del PP atendía a los medios de comunicación, ella se daba un baño de masas entre gritos de "presidenta" y "guapa", haciéndose fotos con sus seguidores. Con respecto a los asistentes, muchos han empezado a desfilar antes de que se acabara el acto, ya que a las 14:00 horas el calor empezaba a ser insoportable, por mucho que Vox hubiera facilitado a los asistentes abanicos con el logo del partido. Los servicios de emergencia han tenido que intervenir ante los desmayos por golpes de calor de algunos de los concentrados.