Vestido del Ejército de Tierra, como en las grandes ocasiones, el rey Felipe VI ha querido trasladar hoy el "orgullo", la "admiración" y el "aprecio" del conjunto de los españoles por las Fuerzas Armadas. Lo ha hecho en su octava Pascua Militar, y la segunda sin Juan Carlos I, el emérito, que sigue huido en los Emiratos Árabes. Pero el hijo ha vuelto a esquivar la cuestión, como ya hizo en su discurso de Navidad. Ha hablado de muchos otros ítems, como la lucha de la pandemia, la evacuación de Afganistán o los diez años sin terrorismo de ETA. Pero ninguna mención a la situación de la institución monárquica. Ni siquiera una apelación a la "integridad moral" como hizo durante la nochebuena pasada.
Ha sido una Pascua Militar sin sobresaltos en el salón del trono Palacio Real de Madrid, donde el Rey ha sido acompañado por el presidente Pedro Sánchez y los ministros de Defensa e Interior, Margarita Robles y Fernando Grande-Marlaska, además de la cúpula del Ejército. En el discurso, el actual jefe del Estado ha querido trasladar "el orgullo de la sociedad española hacia la institución militar", señalando que, durante el 2021, "en muchas situaciones los españoles os han vuelto a sentir muy próximos", desde la lucha de la pandemia hasta la erupción del volcán de La Palma. "Nos mueve el honor de servir a España y a sus ciudadanos", ha defendido el Rey, que ha insistido durante su discurso: "Nuestra fuerte voluntad de servicio despierta en el conjunto de la sociedad española un sentimiento de admiración y aprecio, sentimiento que cada año se refuerza". Ha aprovechado para recordar que actúan siempre "al amparo de nuestro ordenamiento constitucional".
Muy parecido al discurso pronunciado por Margarita Robles, que ha remarcado cómo los militares están "dispuestos a todo por España y por los españoles" y que actúan siempre "guiados por la defensa de España y los valores de nuestra Constitución, el marco de convivencia en democracia, paz y libertad". Después de repasar buena parte de las misiones de las Fuerzas Armadas, tanto domésticas como internacionales, la ministra de Defensa ha defendido que el Ejército español "vela por la paz y la seguridad en el mundo".
Las víctimas de ETA
Los discursos del Rey y de la ministra de Defensa han sido muy calcados, coincidido en la mayoría de ítems. Uno importante, la conmemoración del décimo aniversario del fin del terrorismo de ETA. En su parlamento, Felipe VI ha remarcado los "diez años del cese de la violencia brutal" de la banda armada, y ha apelado a "honrar con gran emoción, memoria y dignidad a las víctimas del terrorismo". El monarca ha enviado un "mensaje de ánimo y admiración" a sus familias, porque "su altura moral es una guía para todos los españoles". En la misma línea, Robles ha subrayado que "siempre tendremos una enorme deuda de gratitud con las víctimas y sus familias". Todo esto a la víspera de marchas por los derechos penitenciarios de los presos de ETA.
De la misma manera, ministra y monarca han coincidido en otros aspectos, como en el agradecimiento a sus Fuerzas Armadas en la lucha contra la pandemia, en la gestión de la erupción del volcán Cumbre Vieja de La Palma o en la evacuación del Afganistán. En este punto, Felipe VI ha avisado de que "será preciso extraer lecciones y aprendizajes" de la operación, que permitió el regreso de los talibanes al poder. Los dos también han coincidido en señalar como un hito la cumbre de la OTAN que se celebrará este año en Madrid, 25 años después del último encuentro en la capital española y cuatro décadas después del ingreso de España al organismo.
La patata caliente de Juan Carlos
Juan Carlos I, quien fue jefe del Estado español durante casi cuarenta años, sigue fugado en los Emiratos Árabes, viviendo a cuerpo de Rey. Pero los escándalos han seguido estallando uno tras otro, aunque la Fiscalía suiza haya archivado su investigación (por imposibilidad de conseguir las pruebas) y la Fiscalía del Tribunal Supremo se prepara para hacer lo mismo (por falta de pruebas y por inviolabilidad constitucional). Solo este año, el rey emérito ha hecho dos regularizaciones fiscales (declarado dinero defraudado) y todavía tiene pendiente una causa en la jurisdicción inglesa, que dependerá de si se le considera o no miembro de la Casa Real. De aquí todos los rumores que corren sobre su retorno inminente. Mientras tanto, su hijo Felipe VI en absoluto silencio. El presidente Pedro Sánchez, que negoció con la Zarzuela la huida, sí que ha hablado, para decir que está "perturbado" por las informaciones y para decir que "tendría que dar explicaciones a la ciudadanía" (en dos ocasiones, la última en diciembre). A pesar de vetar en el Congreso más de una docena de comisiones de investigación. Sin embargo, más allá de las palabras de rechazo al anterior Rey y de apoyo al actual monarca, no ha habido hechos. La Ley de la Corona sigue congelada.