Felipe VI tenía que viajar a Arabia Saudí, este sábado, para intentar conseguir el contrato de 5 corbetas de la armada saudí para los astilleros de San Fernando de Cádiz, de la empresa Navantia. El viaje se ha tenido que suspender porque ha muerto el príncipe Turki bin Abdelaziz, hermano del rey Salman. Se había previsto sendas entrevistas de Felipe VI con el rey Salman, con uno de sus hijos, el príncipe Mohamed Bin Salman, y también con el príncipe heredero y ministro del Interior, Mohamed bin Naif (responsable de las acciones militares en el exterior). Estaba programado que acompañaran a Felipe VI los ministros de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, y Fomento, Iñigo de la Serna.
Una visita polémica
Ya se había previsto que la visita se realizara el pasado mes de febrero, pero entonces se suspendió por el interinato del gobierno español, y porque en aquellas fechas el gobierno saudí había ejecutado a 47 opositores, entre ellos el clérigo chiíta Nimr Baqr al Nimr, acusado de terrorismo (sin fundamento, según las organizaciones de defensa de los derechos humanos). Sorprende que la primera visita oficial del monarca, después de la formación del nuevo gobierno, se destine a un país con tantos déficits democráticos, pero el gobierno ha asegurado que hay "muchos intereses de España en juego". Varias formaciones políticas, entre ellas Ciudadanos, habían insistido en qué hacía falta que el Rey hiciera una defensa de los Derechos Humanos ante sus interlocutores saudíes. Pero no está claro si el Ejecutivo transmitió este mensaje al monarca. De hecho, se había anunciado que, a diferencia de lo que pasa normalmente en este tipo de viajes, no habría discursos.
Violaciones saudíes de derechos humanos en el Yemen
El principal problema de esta visita radicaba en la implicación saudí en la guerra de Yemen. En Yemen los rebeldes hutís dan apoyo al ex presidente del país, Ali Abdullah Salem, contra el presidente actual, Abd Rabbu Mansour Hadi. La lucha se ha internacionalizado, mientras los hutís, que son chiítas zaidíes, tienen el apoyo del Irán, las fuerzas presidencialistas tienen el apoyo de una coalición internacional encabezada por Arabia Saudí (e integrada por Emiratos Árabes, Egipto, Sudán, Bahréin, Kuwait, Marruecos, Jordania y Qatar). Las fuerzas saudíes han actuado con gran brutalidad, con bombardeos muy sangrientos sobre la población civil. La ciudad de Sanáa ha sufrido graves destrucciones por los bombardeos de las fuerzas aliadas, unos ataques que incluso han sido condenados por la ONU.
Participación española
En mayo de 2016, Greenpeace, Amnistía Internacional, FundiPau y Oxfam Intermón publicaron un informe, ¿Licencias para matar? en qué analizaban las exportaciones españolas de armas y de tecnologías de uso militar. Y la preocupación mayor que exponían era la venta de armas al ejército de Arabia Saudí (y también al de Bahréin), que tenían muchas oportunidades de ser usadas en la lucha contra la disidencia yemení. España en 2015 vendió a Arabia municiones, bombas, torpedos y misiles. Algunas de estas armas, según un reciente informe del Armament Research Services, acabaron en manos de la insurgencia yemení, que las habría cogido a las fuerzas de la coalición internacional. Estas armas habrían sido vendidas por la empresa española Instalaza, una compañía de la que había sido consejero el ex-ministro de Defensa español, Pedro Morenés, y que había fabricado las polémicas bombas de dispersión o "bombas de racimo", que finalmente fueron prohibidas.
Otras cuestiones
Aunque la venta de las 5 corbetas era el principal motivo de la visita real, Felipe VI también pretende impulsar otros proyectos españoles en Arabia. En estos momentos las empresas españolas ya están construyendo el AVE entre Medina y La Meca y esperan nuevas adjudicaciones. Tres de las líneas de metro de Ryad también están siendo construidas por consorcios donde participan empresas españolas, que querrían también participar en la construcción de los futuros metros de Yeddah, La Meca y Dammam. Y hay empresas de otros sectores que quieren penetrar en el país asiático, aprovechando el nuevo plan de desarrollo y diversificación económica saudí, el plan Visión 2030.
¿Negocio hereditario?
El padre de Felipe VI, Juan Carlos I, había sido acusado de tener negocios poco claros en Aràbia Saudí. En el libro publicado en Canadá Undangarín y la Copa América, de Ricardo Grenville (algunos afirman que es un seudónimo de Diego Torres, socio de Undangarín al caso Nóos), se acusa a Juan Carlos de conseguir fondos para la trama corrupta de Noós en Arabia Saudí. En estos negocios, Joan Carles parece ser que contó con la ayuda de su amiga Corinna zu Sayn-Wittgenstein, que también negoció un contrato de venta de carros de combata en Arabia. El ministro portavoz del gobierno, Méndez de Vigo, lo ha definido, en términos elogiosos, como las "relaciones personales" entre las dos monarquías.