La Operación Catalunya se ha reactivado por tierra, mar aunque no todavía no por el aire. El Congreso de los Diputados ha puesto en marcha los trabajos de la comisión de investigación que había quedado olvidada en el cajón desde septiembre de 2022. La maquinaria parlamentaria se ha engrasado gracias, no a la insistencia de los partidos que la reclamaban tozudamente a raíz de los avances de la rama andorrana del caso, sino a la acción de un juez de Madrid y por la necesidad del PSOE de replicar la ofensiva del Partido Popular por el caso Mediador.
Será la tercera vez que la red policial se investigue en la cámara baja. En la del 2017 ya se constató que "en el Ministerio del Interior, bajo el mandato del señor Fernández Díaz, se creó una estructura policial destinada a obstaculizar la investigación de corrupción que afectaban al Partido Popular y a la persecución de adversarios políticos". La del 2021 se fijó en la Operación Kitchen, que investiga el uso de la policía para robar información comprometedora a Luis Bárcenas. En las conclusiones, el dictamen señalaba a Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal como responsables "políticos". Los dos escritos, enviados a la Fiscalía, quedaron en agua de borrajas.
En la incipiente vía judicial, el caso es que un magistrado ha aceptado empezar a hurgar en las maniobras de grupos policiales dirigidos por el Ministerio del Interior haciendo caso a una querella del expresidente del Barça Sandro Rosell. Con él se han añadido a otros perjudicados como el exconseller Jaume Giró o la familia Sumarroca, a quien el excomisario Villarejo habría puesto en el foco de los objetivos del independentismo que había que desprestigiar. Hasta ahora todos los intentos para que se investigue en los juzgados han embarrancado estrepitosamente. Uno tras otro. Ahora, según las informaciones reveladoras de esta semana, hemos sabido que la Operación Catalunya tuvo la génesis en un despacho del ministerio que está bajo sospecha al día siguiente de la masiva manifestación independentista de 2012.
La irrupción de las sospechas han vuelto a señalar tres personajes vinculados históricamente al Partido Popular a quien los audios de José Manuel Villarejo, las informaciones periodísticas y las querellas judiciales sitúan moviendo los hilos de la trama supuestamente urdida desde Interior, con el beneplácito del gobierno de Mariano Rajoy y la complicidad del Partido Popular. Los indicados son el ministro del Interior con Rajoy, Jorge Fernández Díaz, la exsecretaria general del PP y exministra, María Dolores de Cospedal, y la expresidenta del PP catalán Alicia Sánchez-Camacho. El triángulo sumergido en las cloacas del Estado que, a pesar de pasar los años, todavía hace correr los ríos de tinta y, cada uno a su manera, influye con fuerza en las corrientes paralelos de la política española. A continuación actualizamos el perfil que los define.
Jorge Fernández Díaz, el articulista encomendado a Dios
Arrinconado también por el caso Kitchen por el cual la Fiscalía le pide 15 años de prisión, el presidente del PP catalán durante la Catalunya preolímpica ha instalado su trinchera en el diario La Razón, desde donde escribe a diario columnas de opinión conservadoras con una vocación eminentemente religiosa. Jorge Fernández Díaz (Valladolid, 1950) es miembro supernumerario del Opus Dei y eso le condiciona la mayoría de sus reflexiones. Por ejemplo hace solo unos días el exministro defendió que la guerra en Ucrania se acabaría gracias a la intervención del Inmaculado Corazón de María. Además, las apariciones beatas han marcado su camino más de una vez. Según reconoció en una entrevista en un medio religioso, su conversión al Opus Dei se profesó en el templo del abuso, en Las Vegas. Entre casinos y clubs de strippers, en 1991 chocó con la ruta espiritual de Dios. "Él salió manifiestamente a encontrarme", relató.
Los encuentros celestiales le venían de pequeño porque en su libro 'Cada día tiene su afán', Fernández Díaz explica que tiene un ángel de la guarda que se llama Marcelo porque dice que lo salvó de la muerte en un accidente de tráfico en Zaragoza cuando solo tenía dos años. Desde la tribuna de Paco Marhuenda, uno de los catalanes que ha ostentado más poder en Madrid se ha atrevido a hacer oposición al partido que le permitió tocar el cielo de la política. Este febrero criticó sin ambages que el PP aplaudiera el aval del Tribunal Constitucional a la ley del aborto que los mismos populares habían impugnado en 2010. "Es la primera vez que el PP se declara partidario del aborto de forma institucional y pública", tecleó sobre sus compañeros, a quien recordó que "esta posición política genera problemas de conciencia a no pocos de sus votantes católicos que, sin duda, esperan un cambio político en España". Él y el ex en Interior con José María Aznar, Jaime Mayor Oreja, representan el ala dura del PP que batallan, codo con codo con la cúpula eclesiástica, contra el aborto libre.
De Cospedal, la consultora que hace escuela
Abogada del Estado desde 1991, María Dolores de Cospedal (Madrid, 1965) ha sido presidenta de la Junta de Castilla - La Mancha, ministra de Defensa con los gobiernos de Rajoy y secretaria general del Partido Popular durante diez años. El currículum político de Cospedal es estelar y de una progresión de poder meteórica que insufló durante las dos primeras décadas del siglo XX. De hecho, sus votos fueron clave para que Pablo Casado ganara el pulso a Soraya Sáenz de Santamaría en la pugna para presidir el PP. De golpe, los audios de Villarejo la hicieron entrar en el ocaso. Hasta ahora se ha librado de la imputación por el caso Kitchen, pero la Operación Catalunya la asedia otra vez. En este punto, las anotaciones de Villarejo la sitúan como una persona instigadora y muy bien informada desde los inicios, cuando era secretaria general, de los movimientos del excomisario para perjudicar a líderes independentistas.
Apartada de la política de primera línea, la archienemiga de Soraya Sáenz de Santamaría se ha buscado la vida en una aventura profesional en solitario como abogada aprovechando su amplia carrera en la gestión pública y su formación académica. Según contó El Confidencial el noviembre pasado, acaba de fundar su bufete de abogados especializado en asuntos administrativos, civiles y mercantiles después de abandonar como socia el despacho CMS Albiñana & Suárez de Lezo. La sede está situada en plena milla de oro de Madrid, en la calle Vélazquez. "Seré abogada o consultora legal, pero no actuaré como a lobbista", explicó a El Confidencial. En el camino de la reconversión profesional, Cospedal se acaba de enredar en un nuevo proyecto como coach. Ha creado el Instituto de Liderazgo Político, que se presenta como una escuela de formación política y por la cual ha fichado miembros del PP en Castilla - La Mancha. Desde allí pretende ofrecer cursos para que los políticos "sean mejores servidores públicos".
A pesar de la defenestración, Cospedal todavía obtiene reconocimiento en la vida pública. Es la vicepresidenta del Patronato del Real Instituto Elcano, que es un think thank español que, según sus estatutos, "analiza la política internacional desde una perspectiva española, europea y global, además de servir como foro de diálogo y discusión". En la ínclita escuela de pensamiento, Cospedal comparte silla de patronato con la flor y nata de las grandes empresas españolas y de los dos partidos históricos, que son el PSOE y el Partido Popular. En el elenco hay desde Ana Botín (Banco Santander) e Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola) hasta José María Aznar y Felipe González pasando por Nadia Calviño y Jose Luis Martínez Almeida.
Sánchez - Camacho, la senadora rescatada por Ayuso
Un correcaminos de la política se tiene que saber adaptar a los contextos. Y Alicia Sánchez-Camacho (Barcelona, 1967) lo sabe muy bien. A ella los audios de Villarejo la hacen partícipe de la elaboración de la lista de políticos catalanes en cuál había que buscar las cosquillas en el marco de la Operación Catalunya cuando la trama nada más daba los primeros pasos, por allí en el 2012. Dos años antes también había participado de los preparativos en la célebre comida del restaurante La Camarga, el del florero y el micrófono. Hasta el momento todos las intenciones para hacerla pasar por los juzgados han fracasado. Pero quizás sí que tuvo un desgaste político porque hay quien atribuye a sus tejemanejes la escasa representación en el Parlamento de Catalunya del PP catalán, que presidió durante más de una década, hasta que dejó paso a Xavier García Albiol.
Alejada del parlamentarismo catalán y apartada del español por Pablo Casado, Sánchez-Camacho se ha aferrado a Madrid como un clavo ardiente. La madrileña Isabel Díaz Ayuso la rescató y le hizo un sitio a la listas del PP de la Comunidad de Madrid en las elecciones del 2019. Allí repitió cargo a la Asamblea de Madrid en 2021 y la presidenta de moda la premió enviándola al Senado por designación autonómica. En el parlamento madrileño actualmente preside la comisión de Radio Televisión de Madrid y es vocal en las de Economía y Empleo, y en la de Cultura. Además, es presidenta suplente de la Diputación Permanente.
Según la web de la Asamblea de Madrid, en la anterior legislatura promovió seis iniciativas legislativas, reclamó tres comparecencias y propuso tres preguntas para respuesta oral al pleno. En el Senado –donde ya tuvo escaño por designación catalana entre 2008 y 2010-, Sánchez-Camacho es vicepresidenta segunda de la comisión de Suplicatorios y es vocal de cinco comisiones más. Desde julio de 2021, esta veterana de la política ha registrado once iniciativas y ha participado en seis textos de control en el gobierno, sobre todo en mociones.