Cambio de época. Uno de los principales responsables de la persecución judicial contra el independentismo da un paso atrás. Es Manuel Marchena, que pone punto final a diez años presidiendo la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo. Desde allí, ha condenado por sedición al Govern del 1-O y ha desoído abiertamente la ley de amnistía. Ahora, continuará como juez del Alto Tribunal hasta que se jubile. En julio se negó a amnistiar la malversación (igual que Pablo Llarena) y su negativa a aplicar la norma del olvido penal ha hecho que Oriol Junqueras, Jordi Turull, Dolors Bassa y Raül Romeva continúen inhabilitados. ¿Y ahora qué? Con una especie de hilo de continuidad, lo sustituye temporalmente el juez Andrés Martínez Arrieta. Él mismo es quien se disputa con la progresista Ana Ferrer la presidencia de la Sala Penal. La semana pasada comparecieron ante la Comisión de Calificación del CGPJ, pero las conversaciones para la sucesión avanzan lentas. Andrés Martínez Arrieta, a quien le faltan dos años para jubilarse, toma el relevo de Marchena cinco años más tarde que sus caminos también se entrecruzaran: Martínez Arrieta tenía que presidir el juicio del procés a raíz del nombramiento de Manuel Marchena como presidente del CGPJ, pero el pacto entre el PP y el PSOE acabó descarrilando y, como es sabido, fue Marchena quién acabó siendo el presidente del tribunal y ponente de la sentencia. Martínez Arrieta se sentó a su derecha. Los dos han plantado batalla en la aplicación llena y efectiva de la ley de amnistía.
🔎 Dos jueces se enfrentan para sustituir a Marchena en la Sala Penal del Supremo con criterios opuestos en la amnistía
📝 Los dos jueces candidatos a relevar a Marchena esquivan la negativa del Supremo a aplicar la amnistía
Manuel Marchena llegó a la presidencia de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo en septiembre de 2014 para relevar a Juan Saavedra, que abandonó el cargo después de jubilarse. En la votación en el CGPJ, Marchena consiguió doce de los veinte votos y superó a Cándido Conde-Pumpido (el actual presidente del Tribunal Constitucional) y a Miguel Colmenero (que desde febrero de 2013 es el presidente de la Junta Electoral Central). Obtuvo los votos de los diez vocales propuestos por el PP, de la vocal propuesta por CiU y del presidente del Supremo, Carlos Lesmes. Cinco años más tarde, en octubre de 2019, Marchena fue el único candidato y revalidó su cargo con diecinueve votos a favor y dos en blanco.
A lo largo su mandato como presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, hay dos sentencias de especial impacto. Manuel Marchena es sobre todo recordado por todo el mundo porque lideró el tribunal que condenó a los presos políticos por el referéndum del 1 de octubre a penas de prisión de 9 a 13 años por sedición. Para justificarlo, sostuvo que en 2017 hubo un "alzamiento público y tumultuario" en Catalunya y dio por "probada la existencia de violencia". Previamente, Marchena había sido el ponente de la sentencia contra Francesc Homs por el 9-N: el Alto Tribunal lo condenó a un año y un mes de inhabilitación por desobediencia grave.
Un WhatsApp lo dejó en las puertas de convertirse en presidente del CGPJ
Además, en noviembre de 2018, estuvo a punto de dar el salto al Consejo General del Poder Judicial. El PP y el PSOE acordaron que Marchena presidiera al Tribunal Supremo y el CGPJ a cambio de garantizar una mayoría progresista en el órgano de gobierno de los jueces. El pacto estaba cerrado, pero descarriló después de que trascendiera un WhatsApp del portavoz del PP al Senado, Ignacio Cosidó, vanagloriándose de que los populares habían conseguido "controlar desde la puerta de atrás" la Sala Segunda del Alto Tribunal, la encargada de los casos de corrupción, con una "jugada estupenda". Eso llevó a Marchena a renunciar para reivindicar su independencia y desencadenó que el PP diera por roto el pacto. Pedro Sánchez lamentó haber perdido a una "persona de tanto prestigio".
Andrés Martínez Arrieta: el segundo juez de control del CNI que hizo la vista gorda a las torturas de la Guardia Civil
A partir de ahora, mientras el CGPJ no apruebe el relieve, Andrés Martínez Arrieta presidirá la Sala Penal del Supremo. ¿Quién es? Nacido en Logroño en 1955 y miembro de la Asociación Judicial Francisco de Vitoria (la segunda en número de afiliados), en diciembre de 2017 sustituyó Julián Sánchez Melgar (nombrado fiscal general del Estado) como el segundo juez de control del Centro Nacional de Inteligencia y número dos de Pablo Lucas, que es el primer juez de control. Son los magistrados encargados de dar permisos de intervenir móviles y ordenadores por casos de gravedad, como el caso Pegasus. Además, Pablo Lucas compite ahora con María del Pilar Teso para presidir la Sala Tercera del Supremo (contenciosa administrativa).
Dos casos mediáticos de Martínez Arrieta. Por una parte, una de sus resoluciones más polémicas fue en 2011: después de que la Audiencia de Guipúzcoa condenara a prisión a los agentes de la Guardia Civil por torturas a los etarras Igor Portu y Martin Sarasola, él los absolvió. Más tarde, el Tribunal Europeo de los Derechos Humans condenó al Estado español a indemnizarlos por daños morales y por no haber investigado las torturas que recibieron. Por otra parte, fue el encargado de investigar la desaparición de Santiago Corella, un delincuente conocido como El Nani, y acabó destapando una mafia policial que lo hizo desaparecer en dependencias policiales en 1983.
Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, ingresó en la carrera judicial en 1979 y su primer destino fue el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Azpeitia (Guipúzcoa). Posteriormente, fue vocal del CGPJ en representación de los jueces de primera instancia e instrucción (de 1980 a 1983) y sirvió en un juzgado de Móstoles y en el Juzgado de Instrucción Número 11 de Madrid hasta que en 1986 se incorporó a la Audiencia Provincial de Madrid. Dos años después, lo designaron magistrado del gabinete técnico del Tribunal Supremo y en noviembre de 1998 se convirtió en el magistrado más joven a acceder al Alto Tribunal al ser nombrado magistrado de la Sala Segunda.