El establishment empresarial catalán y de Madrid financió mayoritariamente la campaña de Valls, según ha adelantado el diario Ara. A partir de unos veinte de testigos, ha salido a la luz su "cruzada" para conseguir fondos para la campaña y para él mismo. Hay que recordar que Valls se presentó sin estructura de partido propia, más allá del apoyo de Ciutadans, por eso, la campaña se ha financiado mayoritariamente a través de donaciones de empresarios.
Una cincuentena de personas del establishment barcelonés se reunieron el pasado mes de marzo en una cena de apoyo al candidato, donde se pudo ver cómo algunos de ellos daban dinero en mano allí mismo a Valls mientras les saludaba. En otra ocasión, justo un mes antes de las elecciones, el conocido cazatalentos Luis Conde se acercó a Valls durante el Trofeo Conde de Godó de tenis y le ofreció ayuda. Valls aprovechó para pedirle "votos y dinero".
Los recursos no vinieron sólo de Catalunya. Empresarios madrileños también invirtieron en la campaña por la alcaldía de Barcelona. De hecho, Valls despertaba más interés, "entusiasmo" y "reconocimiento" en la capital española.
Después de que la llegada de Valls en campaña electoral del 21-D, grandes empresarios catalanes como Mariano Puig (expresidente del grupo de perfumes), entre otros, celebraron cenas para dar a conocer al político entre el establishment catalán. Los asistentes en estas cenas estaban preocupados por los buenos resultados que el independentismo podía sacar en Barcelona.
Según el diario Ara, los empresarios se mostraron dispuestos a dar dinero para impulsar la candidatura de Valls, con la condición de que no quedara rastro de sus donaciones. Las donaciones de personas individuales a partidos son legales siempre que no superen los 50.000 euros anuales y el Tribunal de Cuentas nunca las hace públicas. En este sentido, un miembro del equipo de Valls dice que "mucha gente dio cantidades muy pequeñas".
20.000 € netos mensuales para él
Una de las peticiones del francés, por ejemplo, fue pedir 20.000 euros netos al mes porque tenía que renunciar al sueldo de diputado francés, y se le concedieron hasta que se celebraran las elecciones municipales. Sin embargo, algunos de los presentes consideran "poco elegante" la petición. Otros aseguran que es "habitual" y "profesional" fuera de España. La petición de Valls, sin embargo, triplica los 7.200 euros brutos que se cobran como diputado en Francia. De hecho, supera incluso el sueldo de primer ministro durante el cargo: 14.910 euros brutos.
Entre los financiadores se tiene que distinguir entre tres tipos de personas: los que dieron dinero, los que buscaron y los que hacían las dos cosas al mismo tiempo. Uno de los que lo hacían todo es Félix Revuelta, presidente de Naturhouse. "Le presenté casi todo el Íbex-35, también Felipe González, José María Aznar...", explica.
Josep Ramon Bosch, el expresidente de Sociedad Civil Catalana, fue "el gran buscador de fondos entre el empresariado de Madrid", según el medio. También han participado expresidentes del Círculo de Empresarios madrileño, Javier Vega de Seoane (presidente de la aseguradora DKV) o Claudio Boada (asesor principal en España del fondo de inversión Blackstone, gran comprador de activos inmobiliarios en el Estado).
Un sitio en Esade
En Barcelona, los principales encargados de buscar fondos fueron Carlos Rivadulla, presidente de Empresaris de Catalunya y miembro de la candidatura, y Jaime Malet, presidente de la Cambra de Comerç de los EE.UU. en España. Este último también pidió a Esade que diera un trabajo de profesor en Valls, un encargo que Eduardo Berché, decano de la Facultad de Derecho, aceptó fácilmente. Muchos de los financiadores de Valls, como Bosch, Boada o Revuelta, forman parte de la Fundación Joan Boscà, entidad nacida en el 2014 para combatir al soberanismo.
Luis Hernández de Cabanyes, presidente de la inmobiliaria Renta Corporación, también habría ayudado en la campaña. No podía faltar tampoco el apoyo de su actual pareja Susana Gallardo, la heredera de los laboratorios Almirall.
Sin embargo, el dinero que acabó llegando no ha satisfecho a la candidatura que ha tenido que buscar financiación casi hasta el última día, situación agravada por la pérdida de prestigio de Cs entre el empresariado catalán.