El desfile de los representantes de los 27 previo a la reunión del Consejo de Asuntos Generales en Bruselas ha servido para constatar una vez más las reticencias que algunos países exponen a incorporar el catalán, el gallego y el euskera como lenguas oficiales en la UE. Finlandia y Suecia han reiterado sus recelos, mientras que Francia, que también ha pedido tiempo, ha asegurado que no tiene miedo de que esta propuesta dé pie a nuevas reivindicaciones en su territorio. La insistencia de estos países en subrayar los problemas que puede plantear la medida refuerzan la idea de que finalmente España tendrá que retirar la votación y seguir negociando con el resto de países, dado que las decisiones del Consejo se adoptan por unanimidad. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, dispone de otras dos reuniones para abordar este tema antes de la investidura de Pedro Sánchez. La oficialidad del catalán en la UE forma parte de las negociaciones entre PSOE y Junts y en caso de no prosperar representaría un duro revés para las conversaciones.
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Finlandia, en catalán
Finlandia venía con su argumentación tan elaborada que incluso ha respondido en catalán al ser interrogado sobre su parecer y unas palabras en castellano. "Soy un gran amigo de la cultura catalana. Juntos tenemos que defender la diversidad lingüística de la UE pero también tenemos que conocer las consecuencias de nuestras decisiones. Así, es demasiado pronto para tomar una decisión hoy", ha advertido el ministro de Asuntos Europeos, Anders Adlercreutz. El ministro ha advertido que es muy importante reforzar la diversidad lingüística, pero es demasiado pronto hoy para tomar una decisión en este tema.
Demasiado pronto ha sido también la respuesta de Suecia, que reclama trabajar más la propuesta y analizar los detalles legales y para estudiar las repercusiones financieras.
França no tiene miedo
La representante de Francia ha asegurado que su país apoya siempre que todo el mundo utilice su lengua y que en la reunión de hoy tiene intención de preguntar al Consejo cómo se tiene que hacer para atender la petición de España. Al ser interrogada si su gobierno tiene miedo de que la petición española provoque también reivindicaciones dentro del territorio francés de lenguas como el bretón y el corso, ha asegurado que no. "Nunca tendremos miedo, hay un marco constitucional y hay un marco jurídico. Ahora es importante que todo el mundo examine esta discusión y que se piense con tiempo cómo poder hacer efectiva la petición de utilizar las lenguas regionales", ha añadido.
La Comisión se ha sacudido el tema al ser interrogado antes del inicio de la reunión. El comisario de Justicia, Didier Reynders, ha dejado claro que no corresponde a la Comisión posicionarse. Al ser interrogado sobre el coste económico que podía representar la medida ha asegurado que lo ignoraba.