Dicho y hecho. El cónsul honorario de Barcelona, Albert Ginjaume, ha sido cesado tras las presiones del Gobierno de Rajoy, quien lo consideraba simpatizante con la causa independentista. Tal y como avanzó este periódico, el Ministerio de Exteriores español presionó a las autoridades finlandesas para que destituyeran a Ginjaume, que ostentaba el cargo desde hacía nueve años.
En un comunicado el consulado finlandés en Barcelona muestra con total transparencia que las presiones recibidas por parte del Gobierno han forzado esta decisión. Un movimiento que contrasta con el buen trabajo realizado, reconocido por las mismas autoridades finlandesas. "Según el Gobierno, el señor Ginjaume ha ejercido actividades inadecuadas para un cónsul honorario". Actividades en el marco del procés.
La diplomacia finlandesa recuerda que la figura del cónsul honorario requiere de la aprobación del país receptor, algo que no ocurre con Ginjaume, que ya se puede considerar otra víctima del procés desplazada por los de Mariano Rajoy, tras la destitución del cónsul de Letonia y el de Filipinas, quienes también fueron destuidos.
¿Por qué se le expulsa?
El motivo tras los movimientos del ministerio de exteriores para desplazar a Ginjaume se explican solo por un motivo: el Gobierno no aceptó que el hasta ahora cónsul honorario invitara a la presidenta de la Diputación de Barcelona y alcaldesa de Sant Cugat, Mercè Conesa, a un almuerzo con otros cónsules.
El ejecutivo de Rajoy no vio con buenos ojos esta invitación de la política del PDeCAT al almuerzo, que se celebró el pasado 1 de febrero. Y tras el enfado ha procedido a las presiones diplomáticas para lograr su expulsión, que llega hoy tras una larga polémica en las últimas jornadas.
"España quiere que la única opinión válida sea la suya", lamentaba Ginjaume este lunes en una conversación con El Nacional. El ya excónsul consideraba que el Estado no tolera el "riesgo" de que alguien pueda diferir del pensamiento del Ejecutivo. Ginjaume ha defendido su honorabilidad hasta el último momento, sostuvo que no se ha significado políticamente y que todo responde a una "caza de brujas".