El fiscal Emilio Sánchez Ulled ha introducido en su duro alegato final lo que ha denominado el “clima de sonrisas y miradas entre testigos y acusados”, algo que ha considerado como "revelador", hasta el punto de pedir que "eso lo debe tener en cuenta el tribunal".
Además, Sánchez Ulled se ha quejado, durante su largo informe del fiscal, de la actitud de los tres encausados, Artur Mas, Joana Ortega e Irene Rigau, que en algún momento han hecho gestos de desaprobación ante sus palabras.
"No pueden intervenir, me despistan", ha protestado Sánchez Ulled ante algunas gesticulaciones de los encausados, un hecho que ha llevado al presidente del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya, Jesús María Barrientos, a reprender por dos ocasiones al expresident y las exconselleres, recordándoles que al final de la sesión se les concederá turno de palabra.
"Más adelante tendrán posibilidad de hablar en el turno de última palabra", ha dicho Barrientos a Mas, Ortega y Rigau, ante lo cual Sánchez Ulled ha podido seguir su exposición.