Punto final del caso de la enfermera catalanófoba del hospital Vall d'Hebrón que se hizo viral por|para un vídeo de TikTok que colgó en sus redes personales y en el cual se mostraba indignada por el requisito de obtener el C1 de catalán para acceder a las oposiciones de enfermería en Catalunya. "Se sacará el p*** C1 de catalán mi madre, yo no lo haré". La Fiscalía abrió una investigación por delitos de odio el pasado 21 de abril a raíz de una denuncia presentada por la entidad Impulso Ciudadano donde recogían los insultos y los ataques que recibió la joven a través de las redes sociales después de hacerse público el vídeo. Finalmente, y según apunta El Mundo, la Fiscalía ha decidido archivar el caso al considerar que la Generalitat no prevaricó en su investigación hacia ella y que los insultos que recibió a través de las redes sociales no incurrieron en un delito de odio. Con respecto a los mensajes que recibió, la Fiscalía admite que "contienen expresiones ciertamente ofensivas", aunque considera que no son delictivos porque no provocarán un "clima de hostilidad que se pudiera concretar en actos de violencia, odio o discriminación contra la sanitaria, en razón de su posición ante la exigencia del idioma catalán".

Falta grave a la enfermera

Por su parte, la Generalitat ha imputado una "falta grave" a la enfermera andaluza por protestar contra la exigencia de tener el C1, aunque intentó sancionarla, no pudo hacerlo porque ya había acabado su contrato cuando acabó la investigación, así pues, el Institut Català de la Salut (ICS) terminó por archivar su "expediente disciplinario".

Según apunta El Mundo, la directora gerente del ICS anunció el pasado 6 de marzo —tres días después de la viralización del vídeo— la apertura de un expediente "de información reservada" contra la enfermera y las 2 compañeras que aparecían con ella "con la finalidad de averiguar las circunstancias de la grabación, en la cual aparecían en las instalaciones del hospital Vall d'Hebron, vestidas con el uniforme del centro de trabajo, sin hacer uso correcto de las medidas de seguridad y utilizando términos y expresiones que podrían afectar a la imagen pública de la institución".

Vídeo grabado en horario laboral

El instructor de la investigación interrogó en catalán tanto a la protagonista de la historia como a las dos compañeras que aparecían con ella el pasado 28 de marzo. El investigador de la Generalitat concluyó que el vídeo se grabó a mediados de febrero en horario laboral de las tres enfermeras investigadas "durante el tiempo en el cual tenían que estar efectuando funciones propias de diplomadas en enfermería". Con respecto a las críticas sobre las exigencias del C1 de catalán, la protagonista, Begoña Suárez, apuntan que "descalificó el sistema de selección de personal fijo utilizado por el mismo Institut Català de la Salut".

Con todo, la Generalitat considera que la enfermera gaditana incurrió en una "falta grave" por grabar el vídeo y publicarlo en TikTok dentro de su "horario laboral y vestida de uniforme", además le imputó una falta leve, por no llevar puesta la mascarilla. Sin embargo, en la resolución se reconoce que no es posible exigir ninguna responsabilidad disciplinaria a la enfermera al haber acabado su contrato el 31 de marzo de 2023. Con respecto a sus compañeras, la investigación concluye que no son responsables del vídeo, pero también se les ha imputado "una falta leve" por no llevar mascarilla. A la única de las 3 que sí que ha renovado su contrato, se le ha impuesto la sanción.

En relación con las decisiones de la Generalitat, la Fiscalía considera que no incurrió en un delito de prevaricación, ya que, concluye que el expediente contra la enfermera fue "razonable y no arbitrario", porque, no tenía el objetivo de "coartar su libertad de expresión", ni tampoco se utilizó como un pretexto "para perjudicarla por su crítica a la exigencia del C1".