Donald Trump, como presidente de Estados Unidos, es ahora mismo el líder indiscutible de la derecha populista mundial. El mandatario americano se ha rodeado de aliados internacionales de la extrema derecha como el húngaro Viktor Orbán, la italiana Giorgia Meloni, el salvadoreño Nayib Bukele o el argentino Javier Milei, con los que ha mostrado complicidad en la reciente gran cumbre de Washington. En España, el amigo de Trump es Vox y, de hecho, Santiago Abascal fue el único dirigente político español invitado a la toma de posesión del presidente americano y recientemente se reencontraron en Washington, donde recibió los elogios del presidente americano: "Qué gran tipo el líder del partido Vox de España, Santiago Abascal. Gracias, Santiago. Gran trabajo el que estás haciendo". Abascal, que también es el líder de Patriots, uno de los tres grupos parlamentarios de extrema derecha en Bruselas —en el que también están Orbán, la Reagrupación Nacional de Marine Le Pen, el FPÖ austríaco o la Liga de Matteo Salvini—, se ha acercado mucho a Trump en los últimos tiempos y eso le está costando críticas y bajas en el seno de su partido.

Trump, que nunca ha escondido su buena relación con el presidente ruso, Vladímir Putin, y ha criticado constantemente a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, a quien ha llegado a tildar de "el mayor vendedor del mundo" por sus peticiones de ayuda económica y militar, ha dado un giro a la política de la Casa Blanca en la guerra de Ucrania y se ha acercado a Rusia para alcanzar un polémico acuerdo de paz del que quiere sacar tajada. Vox apoyó a Ucrania ante la invasión rusa y que ahora Trump se aleje de Kyiv e incluso llame "dictador" a Zelenski ha hecho saltar las alarmas entre algunos miembros del partido de extrema derecha español. El eurodiputado Hermann Tertsch y el exdiputado en el Congreso por Ciudadanos y ahora cercano a Vox Juan Carlos Girauta han criticado la deriva de Trump.

Rosety rompe el carnet del partido del "limpiabotas" de Trump

Por otro lado, Trump ha comenzado a imponer aranceles a Europa, con el consiguiente impacto que puedan tener sobre la economía española y sobre la exportación de metales y alimentos. Voces de Vox han expresado su inquietud por esto, mientras que Abascal ha tratado de desviar el foco argumentando que el problema del campo y la economía española está en el Pacto Verde europeo. En este sentido, el seguidismo de Abascal con Trump parece paradójico para un partido que hace bandera de ser patriota. Esto ha llevado a que una figura del partido de extrema derecha como es el general retirado Agustín Rosety haya abandonado Vox este jueves, tildando a Abascal de "limpiabotas" de Trump.

Goteo de abandonos en el partido durante los últimos años

Rosety se suma así a la ya larga lista de figuras mediáticas o ex altos cargos del partido que se han distanciado de la dirección de Santiago Abascal y han abandonado el partido. Recientemente, también lo hizo el exvicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, que ha criticado la falta de democracia interna y la "deriva" del partido. También dejó Vox, por discrepancias con la dirección de Abascal, Iván Espinosa de los Monteros, que había sido miembro de la cúpula del partido y lo abandonó cuando el sector tradicionalista de Jorge Buxadé e Ignacio Garriga se impuso sobre su sector ultraliberal. Antes, ya habían abandonado el partido en 2022 o en 2023 figuras como Macarena OlonaVíctor Sánchez del Real por distanciamientos con la cúpula de Abascal.