El futuro del escaño del diputado de la CUP Pau Juvillà sigue siendo un misterio que copa la actividad política catalana. La decisión de la Junta Electoral Central de retirarle el acta de diputado ha dejado a la Mesa el Parlamento entre la espada y la pared. La expresidenta de la Mesa Carme Forcadell ha reconocido que la situación es complicada. "La presidenta Borràs está haciendo todo lo que puede, y más, para que el diputado Juvillà no pierda su escaño", ha asegurado Forcadell en una entrevista en RN4.
Para la expresidenta del Parlament las acciones de la Mesa en la protección del escaño de Juvillà tienen que tener una línea roja: afectar a los funcionarios que trabajan en la Cámara. "Ya se dijo que el límite era que no llegara a tener consecuencias penales para los funcionarios", ha remarcado. Cuando le han preguntado sobre la utilidad de la desobediencia en casos como este, Forcadell ha sentenciado: "Creo que la desobediencia tiene sentido siempre. No se puede normalizar que un órgano como la JEC pueda sacar el escaño a un diputado escogido democráticamente".
La situación de Juvillà se ha comparado con la que vivió al presidente Quim Torra, a quien la justicia española le acabó retirando el escaño. Forcadell entiende que se hagan comparaciones entre los dos casos, pero recuerda que están en situaciones diferentes del camino. "Son procedimientos paralelos. Al presidente Torra se le retiró el escaño con una orden del Tribunal Supremo", ha recordado y ha añadido: "Desgraciadamente, terminaremos en el mismo sitio".
Las licencias de edad
El Parlamento ha estado en el punto de mira de la actualidad política en las últimas semanas. Actualmente, es por la situación de Pau Juvillà, pero anteriormente la polémica de las licencias de edad salpicaron a la institución. Uno de los principales reproches que se hacía a esta situación era el inmovilismo de los presidentes anteriores delante de este tipo de licencias. "Inicié el procedimiento para cambiarlas, pero no estuvimos a tiempo porque la legislatura se acabó", ha explicado, y ha reconocido: "Seguramente habría podido hacer más".
Forcadell ha expuesto que cambiar esta situación era complicada, porque era fruto de un acuerdo colectivo. "Firmé 11 licencias de edad porque no era una cosa que se pudiera cambiar de un día por otro", ha justificado. La expresidenta ha asegurado que los asesores los avisaron que cambiar este régimen laboral en seco podría acabar con la revocación del mismo por parte de los tribunales. "Todo eso me sabe muy mal porque hace daño a la institución", ha lamentado.