El asedio judicial contra el Parlament no consigue doblegar la Mesa. La presidenta, Carme Forcadell, ha comparecido este mediodía en la Cámara catalana para dejar clara su intención de defender la libertad de expresión de los diputados, como esencia del parlamentarismo. "Que nadie tenga ninguna duda, no nos doblegaremos a la voluntad censora de aquellos que quieren coartar un parlamento. Continuaremos alzados", ha asegurado.
Forcadell se ha presentado ante los medios en su despacho, acompañada de la secretaria primera, Anna Simó, que también ha tenido que declarar esta mañana ante el TSJC en condición de investigada, y del resto de miembros de la Mesa incluidos en la causa abierta a raíz de la votación de las resoluciones sobre la convocatoria del referéndum.
Gravedad extrema
La presidenta ha descrito la situación provocada por la imputación de anomalía democrática de "gravedad extrema". "No permitiremos que se normalice una excepción parlamentaria en que los poderes del Estado pretenden decirnos de qué podemos hablar y de qué no, ni permitiremos que la Mesa les haga el trabajo sucio convirtiéndose en un Tribunal Constitucional en miniatura. Eso no pasará", ha advertido.
Después de agradecer el apoyo que ha recibido por parte del president, Carles Puigdemeont, el Govern y las instituciones que le han apoyado delante del TSJC, ha asegurado que comparecía con la tranquilidad de que la Mesa ha actuado correctamente y de acuerdo con sus funciones.
Forcadell ha denunciado ante la jueza que el sólo hecho de que la presidenta y cuatro miembros de la Mesa declaren en un procedimiento penal por opiniones y votos en la Cámara ya representa una vulneración de sus derechos como diputados y, de rebote, de los ciudadanos que representan. "Vulnera la inviolabilidad parlamentaria que nos ampara, que garantiza la separación de poderes y protege la libertad de expresión de los diputados y, en consecuencia, de la ciudadanía", ha advertido recordando que corresponde al TSJC la obligación de garantizar la inviolabilidad de la Cámara para permitir la acción libre de coacciones.
La presidenta ha defendido que al igual que fue lícito que el presidente hablara de referéndum ante el hemiciclo, también la Cámara podía hacerlo.
"Si estamos aquí es porque no nos hemos doblegado a la censura que nos pretenden imponer porque son incapaces de afrontar políticamente los problemas políticos", ha explicado además de asegurar que pagarán gustosamente este precio para garantizar la democracia y la libertad de expresión de los diputados.
Amparados por la ley
La republicana Anna Simó ha intervenido en la misma línea para recordar que la función de la Mesa es garantizar los derechos de los diputados; que las declaraciones de miembros del órgano de gobierno de la Cámara no se tendrían que haber producido nunca porque están amparados por la inviolabilidad que garantiza la separación de poderes y evita coacciones a los diputados; y que todas sus acciones están amparadas por la legalidad y el reglamento de la Cámara. De hecho, Simó ha advertido de que la ilegalidad habría sido coartar la libertad de expresión de los diputados.
"El Parlament es la sede de la soberanía de este país. Somos correa de transmisión de los anhelos de los ciudadanos. Ningún tribunal impedirá que en este Parlament se hable de aquello que interesa a la ciudadanía", ha advertido.