Cuando ya hace más de dos semanas que el rapero leridano Pablo Hasél fue encarcelado, este miércoles se ha hecho pública la primera fotografía desde la prisión. Lo ha publicado el diputado de la CUP en el Congreso Albert Botran, que lo ha visitado un día después de que lo hiciera la líder de JxCat, Laura Borràs.
"Un buen rato con Pablo Hasél en la prisión de Lleida. Contento de todas las movilizaciones, especialmente que estén conectando su encarcelamiento con el malestar y las luchas sociales, contra el Régimen del 78. ¡Continuar en las calles, hasta liberarlo!", ha escrito. En la imagen se ve a Hasél en la sala de visitas de la prisión de Ponent. El rapero está al otro lado del vidrio y tiene que comunicarse con la visita a través de un teléfono.
Un buen rato con Pablo Hasél en la prisión de Lleida. Contento de todas las movilizaciones, especialmente que estén conectando su encarcelamiento con el malestar y las luchas sociales, contra el Régimen del 78. ¡Continuar en las calles, hasta liberarlo! #LlibertatPabloHasel pic.twitter.com/cG3q0q6Hhw
— Albert Botran Pahissa (@albertbotran) March 3, 2021
Quien visitó ayer al rapero fue Borràs. "Salimos de una larga y provechosa conversación con Pablo Hasél en la prisión de Ponent donde hemos conversado de política, de anti-represión y de los que hacen de muleta al Régimen del 78. Es otro preso político de la (in)justícia española convencido de la necesidad de internacionalizar la represión", tuiteó.
El terremoto del encarcelamiento
El ingreso en la prisión de Hasél ha causado un auténtico terremoto político, social y policial en el Estado y, sobre todo, en Catalunya. Jornadas y jornadas de protestas acabaron con disturbios, más de un centenar de detenidos y la mutilación de un ojo de una joven por parte de la Brigada Móvil de los Mossos.
Precisamente la actuación de la policía catalana en este tipo de situaciones ha centrado en los últimos días las negociaciones entre ERC y la CUP. La misma cabeza de lista de los anticapitalistas, Dolors Sabater, anunció un acuerdo con los republicanos que se basaba, entre otras cosas, en la moratoria de las balas de foam.
La última protesta de magnitud en la capital catalana provocó que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, mostrara su apoyo a la Guardia Urbana, después de que unos manifestantes intentaran incendiar un furgón con un agente dentro. Tanto Colau como el conseller de Interior, Miquel Sàmper (JxCat), exhibieron ayer mismo unidad ante la "violencia" de las protestas después de reunirse con el vicepresident Pere Aragonès.