Sólo 40 diputados, que representan un tercio del hemiciclo, han dado apoyo a la moción de censura de Ciudadanos contra el president de la Generalitat. Una iniciativa que según la candidata a reemplazar Quim Torra, Lorena Roldán, llamaba a la "convivencia" y pretendía mostrar que hay una alternativa "constitucionalista" posible, pero que Cs ha usado básicamente para desgastar al PSC e intentar marcar perfil propio, ante los malos pronósticos que les dan las encuestas de cara a las elecciones del 10 de noviembre.
Únicamente los 36 escaños del partido de Rivera y los 4 del Partido Popular han votado a favor de sustituir a Torra por Roldán. El PSC (17) se ha abstenido y el resto –independentistas y comunes (76)– han votado en contra. Es decir, a pesar de tener el objetivo contrario, la votación ha acabado reforzando la mayoría independentista y el Govern de Torra-Aragonès.
Para lo que sí que ha servido el debate de este lunes es para presenciar el primer debate electoral del 10-N. Ha abierto Roldán, que ha vendido una Catalunya donde hay "miedo" y "explosivos", donde "se han roto familias" y donde la escuela y la televisión públicas "adoctrinan". Más allá del procés, sin embargo, la candidata de Ciudadanos ha aprovechado para exponer su programa electoral en el ámbito social, en un tono mucho más sereno de lo que es habitual en ella, un intento de mostrar un perfil de presidenciable, bajo la atenta mirada de Albert Rivera y Inés Arrimadas desde la tribuna de autoridades.
El Govern ha querido dar un perfil bajo a la sesión y, en lugar de responder el president, lo ha hecho la consellera de la presidencia y portavoz del ejecutivo, Meritxell Budó. Ha sido breve pero contundente, en una intervención donde ha acusado a Cs de atizar el conflicto y de hacer un uso fraudulento del Parlamento. "Señores de Ciudadanos, esto no es un bar, no es un plató de TV, no es un pabellón para hacer actos de campaña. Esto es el Parlament de Catalunya", ha sentenciado Budó.
ERC hace autocrítica y JxCat exige "respeto"
Tampoco el presidente de ERC en el Parlament, Sergi Sabrià, ha querido entrar en el "juego" y en el "espectáculo" de Ciutadans, e incluso ha hecho autocrítica sobre la bronca que se vivió en el último pleno y que acabó con la expulsión del presidente de Cs, Carlos Carrizosa. "Cuando convierten esto en un plató ganan siempre, son los amos", ha reconocido Sabrià, que ha lamentado que a veces ellos se "equivoquen" y "piquen". Este lunes no ha querido hacerlo y ha contestado con un tono pausado, a pesar de que en la réplica la candidata de Cs, Lorena Roldán, ha intentado pincharlos acusando los republicanos de tener "vínculos" con los "terroristas" y atacando el líder del partido, Oriol Junqueras.
Con quien sí que ha querido entrar en el debate ha sido con el presidente del grupo de los socialistas, Miquel Iceta, a quien ha reprochado que vuelva a hablar de aplicar del artículo 155 de la Constitución y que quiera pactar con Cs después del 10-N. "No hay equidistancia posible entre Ciutadans y lo que representa el otro lado", ha defensido en este sentido.
A su vez, el presidente de JxCat se las ha vuelto a tener con Roldán por la insistencia de Cs de vincular el independentismo con la violencia. Albert Batet ha pedido “respeto” y, visiblemente indignado, ha exigido que “bastante equiparar independentismo y terrorismo”. Por enésima vez, la jefa de la oposición ha preguntado al partido de Quim Torra si condenan la violencia y la respuesta ha sido una vez más la misma: “condenamos todas las violencias, condenan ustedes la del 1-O?”. Aquí se ha hecho el silencio
Iceta asimila Cs al independentismo
Aparte del Govern Torra, la moción de censura de Ciudadanos presentada a un mes de la repetición de elecciones en España, tenía entre ceja y ceja otro rival a batir: el PSC. El objetivo era desgastar a los socialistas señalando su supuesto colaboracionismo con el independentismo.
Consciente de que estaba en el foco de las críticas, Iceta ha disparado a ambos lados. Tanto es así que ha acabado asimilando Ciudadanos al independentismo. "Coinciden en la misma actitud, la de creer que están en el lado correcto de la historia", les ha reprochado, "a ambos les gusta repartir carnés de buenos catalanes y hacer listas de buenos y malos". El primer secretario del PSC se ha quejado de que desde las dos bancadas, la de Cs y la de JxCat y ERC, le llueven las mismas críticas, "que el PSC es blando, tibio y equidistante".
Sacando pecho de esta equidistancia, Iceta ha empezado advirtiendo al independentismo y ha acabado ensañándose con Cs. Como ya ha hecho Pedro Sánchez, ha dejado claro que su partido "no puede decir que nunca más se aplicará el 155, porque todavía no se ha renunciado a la independencia" y ha avisado al Govern de que "será responsable de la aplicación del 155 quien decida vulnerar la legalidad, no quien lo aplique". Pero a la vez, el líder de los socialistas catalanes ha recriminado a Cs que den alas al independentismo, brindando a Torra una "victoria parlamentaria" con el único fin de obtener "minutos de pantalla", les ha pedido que "aprendan a contar", se ha dirigido a la jefa de la oposición como "la fracasada Lorena Roldán" y le ha recordado su pasado, cuándo en el año 2013 participó de la manifestación independentista de la Diada. "Qué me habrían dicho a mí si hubiera ido a la Via Catalana", se ha exclamado.
Comunes y CUP salvan al Govern con críticas
Jéssica Albiach ha reprochado a Ciudadanos haber hecho un "acto de campaña pagado por todos los catalanes", convirtiendo el Parlament en un "plató de televisión". Aunque la líder de los Comunes ha asegurado que el Govern "merece una moción de censura", para los de Colau Cs es "parte del problema" y, por lo tanto, no puede ser "nunca la alternativa". Es más, los acusan de de "agitar el odio" y de vivir "en una película de Tarantino".
En la misma línea se ha expresado la CUP. Lisa y llanamente: "No haremos nunca el juego a los que quieren dividir y violentar a la sociedad catalana". A pesar de haber votado en contra de echar Torra, los anticapitalistas han dejado claro que discrepan del ejecutivo en muchos aspectos. Uno de los principales, el papel de los Mossos, "cómplices de la persecución del movimiento independentista".
El único partido que ha secundado la moción de censura, el PP, ha subrayado la necesidad "urgente de cambiar de gobierno para cumplir y hacer cumplir la ley". Así lo ha defendido la jefa de filas de los populares, Alejandro Fernández, que no ha ahorrado críticas a sus colegas no independentistas. A Iceta le ha acusado de hacer "mimitos a Torra" mientras trata con "displicencia a Roldán". Asimismo ha lanzado un dardo contra Ciudadanos, por quedarse sólo en las "performances" y los "cartelitos" en vez de hacer una política propositiva.
Calma después de la tormenta
Después del espectáculo vivido hace dos semanas en el Parlament en una sesión que acabó con la expulsión de Carlos Carrizosa del hemiciclo y la mayor parte del Govern y de los diputados independentistas gritando de pie 'libertad', en el debate de este lunes ha habido un pacto tácito de todos los grupos parlamentarios para guardar un poco más las formas.
Los naranjas son conscientes de que las encuestas no les son favorables. De ahí el intento de reconducir el tono de la heredera de Rivera i Arrimadas, que han vuelto a desembarcar en el Parlament para dar envergadura al debate. Lorena Roldán ha reivindicado que Arrimadas fue la primera mujer en ganar unas elecciones catalanas y que, con la moción de censura de hoy, ella ha sido la primera en intentar llegar a la presidencia de la Generalitat. Dos méritos que han acabado siendo estériles, tanto para ellas como para su partido.
Cuatro censuras, cuatro fracasos
La de este lunes ha sido la cuarta moción de censura contra un president de la Generalitat desde el restablecimiento de la democracia. Todas han resultado frustradas. Antes de Quim Torra, Pasqual Maragall salvó una contra Josep Piqué y Jordi Pujol dos, una contra Josep Benet del PSUC y la otra, precisamente contra Maragall.
ERC hace autocrítica y JxCat exige "respeto"