El Gobierno de Francia y máximos responsables del ejército quieren sancionar duramente a los militares que firmaron un manifiesto donde se planteaba realizar un golpe de estado en el país. El documento alertaba del peligro de “desintegración” de Francia e incluso del incio de una guerra civil. Esto, para las autoridades francesas, suponen unos hechos inadmisibles y plantean incluso la expulsión de estos miembros del cuerpo, a diferencia de lo que ha ocurrido en ocasiones similares en España.
Sin mirar demasiado atrás, se han producido diversos casos en que el estado español se ha quedado de brazos curzados ante los lazos de la extrema derecha con el ejército. Son ejemplos la carta que un grupo de militares retirados envió al rey Felipe VI criticando al Gobierno de Pedro Sánchez, que califican de "socialcomunista avalado por filoetarras e independentistas", o el chat de los comandantes retirados del Ejército del Aire que hablan, entre otras cosas, bombardear la ANC u organizar un golpe de estado. Nada de esto recibió la misma respuesta que se ha visto en Francia.
De hecho, también el gobierno alemán recientemente ha disuelto una unidad de fuerzas especiales a raíz de sus vínculos con la extrema derecha.
La Comisión Europea, por su lado, lejos de condenar las amenazas de violencia y de elementos de extrema derecha infiltrados en el ejército español, ha decidido mirar hacia otro lado argumentando que es una "cuestión interna".
El caso francés
En cambio, el jefe del Estado Mayor francés, el general François Lecointre, en una entrevista a Le Parisien condenó duramente a los signatarios de la carta abierta que se publicó en la revista ultraconservadora Valeurs actuelles .
La mayoria de militares que dieron apoyo al manifiesto se traraban de soldados de "segunda acción", militares retirados pero que pueden ser llamados para el servicio si existe necesidad. Entre ellos hay también unos veinte exgenerales y militares jubilados. Pero la investigación abierta sobretodo se centra en los 18 miembros que estan activos (incluidos cuatro oficiales) y que también apoyaron este manifiesto.
Según Lecointre, los castigos seran mayores o menores según su implicación y situación dentro del cuerpo, pero en algunos casos podria conllevar la expulsión por vulnerar los principios de neutralidad. Unas sanciones con las que el Ministerio de Interior también se ha mostrado de acuerdo.
La carta daba por inevitable, si las cosas seguían empeorando, una "sangrienta intervención del ejército para restablecer el orden y proteger a la población". Además, contó con el apoyo público de la ultraderechista Marine Le Pen, presidenta del Reagrupamiento Nacional (RN) y candidata presidencial, quien dio la razón a los militares descontentos y les pidió que se sumaran a su proyecto político.