El ministro de Interior de Francia, Gérald Darmanin, ha dado un toque a España por su gestión de la crisis migratoria vivida en los últimos días en Ceuta y, en una entrevista en el diario francés Le Parisien, ha revelado que, cuando su país asuma la presidencia de la Unión Europea el año que viene, priorizará el establecimiento de "un verdadero control de las fronteras".
Una problemática europea
Aunque ha admitido que la cuestión migratoria "es una problemática europea", ha subrayado que "los españoles o italianos, que son los que están más cerca del borde sur del Mediterráneo, afrontan una inmigración importante que controlan mal".
Por este motivo, ha explicado que, en los 6 meses de liderazgo de la UE que le corresponde a París, a partir del 1 de enero de 2022, "los países miembros tendrán que registrar sistemáticamente a los inmigrantes presentes en el territorio europeo y uniformizar las solicitudes de asilo", como medida para mantener las fronteras.
Impactado por las imágenes
En cuanto a su reacción ante las imágenes de los millares de personas intentando entrar en el territorio, Darmanin ha asegurado sentirse impactado para el momento qué un agente de la Guardia Civil salvó a un bebé de morir ahogado.
Por su parte, el ejecutivo español ha denunciado que, a raíz de la decisión del gobierno francés el año pasado de reforzar el control de sus fronteras para evitar así la entrada de personas de forma irregular atendidos los numerosos ataques terroristas, el territorio está recibiendo al doble de migrantes con respecto al mismo periodo del año 2020.
Marlaska minimiza la crisis
Mientras tanto, ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha querido minimizar la problemática y ha explicado que "se han reanimado la mayoría de los adultos que atravesaron la frontera de una forma indebida". Se ha negado a utilizar el término "devoluciones en caliente", que tanto había criticado al PSOE en su momento, y ha preferido hablar de "rechazo en frontera". Como otros miembros del gobierno, también ha desmentido que sea una "crisis migratoria", si no un "ataque a nuestras fronteras".
Así, en una entrevista en la cadena COPE, Marlaska ha defendido que al ser un "ataque a las fronteras" la respuesta tiene que ser "diferente y no en los mismos términos". También ha contrapuesto que a los menores de edad, que son un "colectivo vulnerable", sí que se les ha aplicado la normativa. Y que están trabajando para reanimar a estos menores a los familiares que lo han requerido, de forma conjunta con las autoridades marroquíes. La mayoría, ha insistido, tienen "solicitud de repatriación". A pesar de estas afirmaciones, las ONG desde el terreno denuncian que también se ha procedido a devoluciones en caliente de niños y adolescentes.