El banquero Francisco González, del BBVA, habría sido informado puntualmente del espionaje de Villarejo a diferentes políticos, técnicos y responsables financieros españoles. En un artículo publicado en El Independiente por su director, Casimiro García-Abadillo, se detalla el funcionamiento de la llamada "Operación Trampa".
González habría contratado en 2004 a Villarejo, que entonces trabajaba a tiempo parcial en Interior, pero que de forma particular ofrecía servicios a empresas. Un amigo de Villarejo, el ex comisario Julio Corrochano, era entonces jefe de Seguridad del BBVA. La Operación Trampa habría tenido como principal objetivo al socialista Miguel Sebastián, responsable de la Oficina Económica de la Moncloa en tiempo de Zapatero. Pero también habría espiado a mucha otra gente, como a la misma vicepresidenta del gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega.
Villarejo dispondría de una grabación en que Corrochano le explicaba sobre cómo informaba puntualmente del espionaje a Francisco González.
Villarejo habría trabajado para el BBVA, como mínimo, hasta noviembre de 2017. En los últimos cinco años habría cobrado del banco cinco millones de euros. Francisco González ya no es presidente del BBVA, pero ocupa la presidencia de honor de este banco y también preside su fundación.