Resulta contradictorio que los que defienden una dictadura ahora llamen "a la movilización" para manifestarse contra la retirada de la cruz del Valle de los Caídos. La polémica está servida porque ni el propio Gobierno confirma qué hará con ella. La vicepresidenta española Carmen Calvo no asegura su retirada, pero remarca que todo este espacio se tendrá que convertir en un cementerio civil que deje de enaltecer la figura del dictador español.
Antes de conocer la respuesta final, la fundación falangista Francisco Franco ha emitido un comunicado donde aseguran que harán lo que sea para salvar la cruz: "Es un símbolo de la unidad y hermandad entre todos los españoles, donde se dio cristiana sepultura a más de 30.000 muertos de la Guerra Civil, vencedores y vencidos, y que incluye una basílica pontificia, una ejemplar abadía benedictina y un importante centro de estudios de la doctrina social de la Iglesia y la cruz más grande de la cristiandad". Conclusión: la cruz no se toca y lo justifican con la bandera de la religión católica.
El cristianismo como excusa
Los falangistas consideran que esta es la punta del iceberg de los valores religiosos españoles. En un comunicado, cargado de incongruencias, defienden "la reconciliación" entre bandos pero tildan a los republicanos de personas no cristianas y consideran a los nacionales como los únicos mártires, nada nuevo: "España, plantel de Mártires y de Santos, no se puede entender sin la fe en Cristo, igual que en Europa. Y por España, no hace ni un siglo de eso, entre el 1934 y 1939, los cristianos sufrimos una de las mayores y más cruentas persecuciones de la historia en manos de una tenebrosa coalición de socialistas, comunistas y anarquistas denominados Frente Popular".
Por todo ello llaman a movilizarse pero no concretan el cómo. De momento, están convencidos de que hay que hacer lo que sea "para cumplir el mandato y deber ante Dios y por la libertad". La controversia nace con la ley de memoria democrática y una cosa segura tendrán que dejar de hacer: exaltar la dictadura como lo han hecho con este comunicado para defender una cruz. La misma ministra Calvo lo recordó hace dos semanas: "Lo más importante es que las alabanzas al franquismo se tipificarán como delito y se modificará el Código Penal".