Se ensancha la brecha entre la extrema derecha española y los cuerpos policiales, una grieta que se ha forjado a través de las cargas de los antidisturbios contra los manifestantes —muchos de ellos abiertamente fascistas y llevando símbolos neonazis— que se han concentrado ante la sede del PSOE en la calle Ferraz de Madrid durante las últimas dos semanas para protestar contra la amnistía y contra la investidura de Pedro Sánchez. Ahora, el conflicto se manifiesta en forma de fuego amigo entre dos espacios en los cuales no suele haber muchas desavenencias: los sindicatos policiales y Vox. El sindicato del Cuerpo Nacional de Policía español UFP ha denunciado "coacciones con tono amenazante" del diputado de Vox Javier Ortega Smith durante la protesta de este jueves por la noche en Ferraz.
La Unión Federal de Policía afirma que Ortega Smith se acercó a los antidisturbios de la Unidad de Intervención Policial (UIP) y se dirigió a ellos "en un tono amenazante" y "abusando de su condición de diputado, trató de dirigir y coaccionar las actuaciones policiales para acomodarlas a sus intereses", denuncian. Unos hechos que el sindicato policial considera "de suma gravedad". "Ni el señor Ortega ni ningún diputado tienen autoridad para amenazar, coaccionar o intentar dirigir ningún trabajo de la policía", apuntan en un comunicado emitido a través de las redes sociales.
"Solo trata de obtener beneficio político a nuestra costa"
"Nos habría gustado ver al señor Ortega Smith presentarse con su credencial de diputado en la plaza Urquinaona o en las manifestaciones de 'rodea el Congreso' a arengarnos de la misma manera que lo hizo ayer, pero en aquellos casos, como ahora, la policía le importaba muy poco y solo trata de obtener beneficio político a costa nuestra", señala el sindicato policial, que recuerdan al diputado ultraderechista que "estos policías son los mismos que defendían a su jefe, el señor Abascal, cuando lo apedreaban en un mitin en Vallecas, pero entonces éramos los buenos".
El sindicato policial asegura que "instrumentalizar la tarea de la policía, según quien esté tras de las pancartas, es un grave error que, sin duda, comportará un coste político para Vox, como también lo está teniendo para el Gobierno". Y cierran el comunicado advirtiendo que "nadie tiene que venir a decirnos cómo tenemos que hacer nuestro trabajo". "Ni antes éramos los 'piolines' de Fernández Díaz, ni ahora somos los esbirros de Grande-Marlaska", concluyen.