Pronóstico para la economía catalana: "un largo periodo (...) sin crecimiento económico durante diez años o más (...) si seguimos así". Es lo que dice en esta entrevista en El Mundo el presidente de la patronal Foment del Treball Nacional, Joaquim Gay de Montellà. La entrevista abre la portada del diario madrileño.
Una previsión tan sombría merecería quizás alguna documentación, pero todo un presidente de la principal patronal catalana no aporta ni un solo dato ni un solo indicador que avale su apocalíptico presagio.
Le sería difícil hacerlo, porque las cifras conocidas (y las previstas) dicen todo lo contrario. En 2017, el PIB creció un 3,4% (en España el 3,1%), según el Instituto Nacional de Estadística. La producción industrial aumentó el 3,5% (en España un 2,6%). La exportación creció un 8,7% (en España un 8,9%). El paro en el cuarto trimestre de 2017 es del 12,6% (España registra cuatro puntos más). Incluso la matriculación de turismos ha aumentado un 8%.
De momento, pues, el "largo periodo sin crecimiento económico" tendrá que esperar. Es lo que, mira por dónde, dice el Mismo Gay de Montellà más adelante. Lo que más me preocupa es el medio plazo, a partir de 2020. Entonces veremos el mal que ha producido este proceso a la economía catalana". Este proceso es, en efecto, lo que ya sabes.
Política y/o gobierno
La sincronía entre el entrevistador y el presidente es grande. La segunda pregunta, que es más bien una insinuación ("La economía catalana ya no crece más que la medía española...", sugiere el periodista), sirve al representante patronal para asignar a la falta de Govern los males económicos que se aproximan. No se hace referencia, por ejemplo, a los atentados yihadistas de agosto o a la inestabilidad parlamentaria del gobierno español que, de momento, no tiene votos para aprobar los presupuestos generales. Nada.
La insinuación del entrevistador tenía una respuesta sencilla: la economía catalana sí crece más que la media española. También en 2017. Concretamente, un 0,3%.
¿La culpa del estancamiento (pronosticado)? Aquí: "El problema es que en Catalunya se quiere hacer política sin gobernar y en Madrid quieren gobernar sin hacer política". Más adelante, precisa: "Las formaciones políticas que no quieren gobernar y quieren crear estructuras de país diferentes..." es decir, los independentistas. Acabáramos.
Elogio del País Vasco
Del 155 no dice más que es "una anomalía que se tiene que alargarse, pero que está resolviendo el día a día adecuadamente". No hay gente en la cárcel ni fuera. Ni unos procesos judiciales, digamos, peculiares. Todo muy normal. Adecuado.
Pregunta el entrevistador "¿Cumple Rajoy su compromiso con las infraestructuras?". Es el pase de la muerte. Respuesta: gol. "El ministro De la Serna está haciendo un gran trabajo sacando para su ejecución proyectos de los cajones que estaban paralizados, pero si no se aprueban los Presupuestos, se condicionarán mucho". ¿Qué proyectos? No lo dice. Aquí tiene una lista. Tampoco menciona el alto nivel de incumplimiento del Estado a la hora de ejecutar inversiones en Catalunya.
Se hace, claro, una alabanza del País Vasco como modelo a seguir. En el contexto de la entrevista, esa alusión ("tuvo más dificultades que Catalunya") hace tintinear el recuerdo del terrorismo. Sin embargo, además de las "dificultades", el País Vasco dispone también del concierto económico, particular sistema de financiación que, si se aplicara a Catalunya, propulsaría su PIB de golpe un 5,2% y generaría más de 201.000 puestos de trabajo, según un informe del Consejo General de Economistas, que ha sido confirmado por otro del director del think tank gubernamental Fedea, y autor de las balanzas fiscales territorializadas del Ministerio de Hacienda, Ángel de la Fuente. Del concierto, ni palabra.
Entonces, si esta entrevista, en realidad, no va de economía ¿de qué va? Si lo que se dice no se documenta con ninguna cifra, dato ni indicador ¿qué argumentos se utilizan? Pues los del 155. La entrevista va de hacer Govern de la Generalitat. De presionar. Este es el mensaje que atraviesa toda la conversación. Por ejemplo, Gay asegura que defiende el pacto fiscal (la versión catalana del concierto económico) como solución "para una generación". Pero que "primero hay que hacer Govern".
Govern, Govern, Govern.
Relato negativo
Sin darse cuenta (o sí), la entrevista entra a formar parte del relato negativo sobre Catalunya que se fabrica de hace meses en factorías como la del diario que hace la entrevista. El mismo relato de violencia, fracaso y miedo que se compone para describir el proceso independentista en informes, autos y reportajes, se desarrolla en paralelo para retratar otros sectores del país. Se adapta el mismo mensaje a todos los ámbitos. En el teatro de la economía, todo va mal y todavía irá peor. Si los datos no acompañan, peor para los datos.
Quizás hacía falta contrarrestar otras visiones con los pies mejor asentados en el suelo.
La mejor parte de esta entrevista, sin embargo, llega al final. Gay de Montellà, que durante toda la conversación no ha dejado de tomar postura en asuntos políticos, aborda la última pregunta/insinuación:
—Los sindicatos se han manifestado por los "presos políticos"...
—No es oportuno que los agentes sociales entren en este tipo de posicionamientos.
Se conoce que unos agentes son oportunos y otros no tanto. Inevitablemente viene en la cabeza aquella respuesta de Franco a un ministro que se le quejaba: "Haga como yo y no se meta en política".