Gabriela Serra (Mataró, 1951) califica de "suficiente" su paso por la política activa. Fue diputada de la CUP en el Parlament desde octubre de 2015 a octubre de 2017, cuando el mandato se rompió por el Govern con la suspensión de la independencia de Catalunya y la aplicación del artículo 155 por parte del Gobierno. De esta etapa, y mostrando respeto a los presos políticos y exiliados, Serra reclama que los políticos catalanes que dirigían entonces Catalunya expliquen con sinceridad "qué les hizo frenar" para que el país vuelva a fortalecerse y levantarse. En esta entrevista, Serra, maestra, activista y miembro de bastantes entidades, explica su tarea como voluntaria de prisiones con la entidad Justicia y Pau. Nos despoja sentimientos y las carencias que tienen la mayoria de estas personas privadas de libertad, la mayoria perseguidos por la pobreza, y la poca solidaridad de la sociedad. Recientemente, Gabriela Serra ha sido nombrada presidenta de Observa, una nueva asociación que quiere "monotorizar" las prisiones catalanas para garantizar los derechos funamentales de las personas presas.

¿Por qué se hizo voluntaria de prisiones?
Hace tiempo conocí las prisiones por motivos políticos. Primero tuve alumnos presos en la Modelo. Fui muchos años maestra del Campo de la Bota y algunos de mis alumnos acabaron presos en la Modelo, y dentro de la movida de la Copel. Después fui a ver a compañeros, luego a Xirinachs, después a los insumisos, que tenían que ir a dormir. El hecho de hacerme voluntaria de prisiones fue raíz de todo el desastre político y penitenciario, y de represión del Procés. Cuándo encarcelaron a los compañeros y las compañeras del Parlament y los otros se exiliaron, me pregunté: ¿"Qué puedo hacer yo"? Aparte del trabajo político, pensé hacer voluntariado en la prisión de mujeres Wad Ras de Barcelona y entré con Justicia y Pau, que soy miembro, y la entidad tiene un servicio de acompañamiento en las prisiones. Wad Ras, sin embargo, es muy diferente: Está en el centro de la ciudad y para las presas, las familias y los hijos es espectacular. Además, las dimensiones son tan pequeñas que estamos amontonadas, pero es un hacinamiento que es muy sano, porque nos conocemos todas, hay tacto, hay piel, hay relación, nadie está descolgada. La relación con los funcionarios es de tú a tú, todos los funcionarios y funcionarías conocen las mujeres por su nombre, y ellas también. Y la directora también. Es una relación mucho más humana y próxima, a pesar de las deficiencias.  Wad Ras es la única prisión de mujeres en Catalunya, aunque es de pendientes de juicios, de preventivas. Nuestros presos políticos se quejaban de la preventiva, y he conocido mujeres con dos años de prisión preventiva. Al principio, se me miraba, como diciendo: 'qué hace esta exdiputada de la CUP en la prisión, y qué pasará" I no ha pasado nada. Y todas las actividades que he propuesto, se me han aprobado.

En la prisión de mujeres de Barcelona hay amontonamiento, pero muy sano: todas nos conocemos, hay relación, los funcionarios se saben el nombre de las mujeres. Es una relación humana a pesar de las deficiencias

¿Qué actividades ha hecho en la prisión de mujeres?
Estoy en un grupo que se dice agentes culturales, donde hay presas que planifican actividades. Una vez les propuse hablar de los refugiados, pensad que más del 50% de las presas son extranjeras; y fue muy bien. También hize un taller sobre el tratamiento del miedo. Era el taller que hacía a los chicos de los movimientos sociales de cómo controlar el miedo, y fue muy bonito. Ellas también proponen cosas. Una vez me dijeron que les explicara todo este lio del procés y del tema catalán y qué pasa con Catalunya. Preparé unos vídeos y unas fichas, y con funcionarios dentro de la sala, y estuvimos dos horas, y muy bien. Y una me dijo, es como una película. Y obviamente, cuando después vino Carme Forcadell a Wad Ras para cumplir el tercer grado para ellas era espectacular. Y Carme estuvo con ellas. También antes habíamos hablado de qué es un preso político y me pidieron que trajera una, y les llevé Montserrat Cervera, de Ca la Dona, y quedaron encantadísimas con ella, que es una mujer feminista, de izquierdas, progresista. Y el detalle bonito es que una de las mujeres jovencita, me dice: Yo también soy un presa política porque una de las razones porque estoy aquí es por este sistema: He sido maltratada..." Me pareció precioso. El 80% de las mujeres presas son víctimas de maltratos, violencia sexual y psicológica. Más de un 40% tiene alguna enfermedad mental y más del 70% son madres. Las razones socioeconómicas de toda esta población presa, no solo las mujeres, es altísimo. Es brutal.

En Wad Ras hice un taller sobre el tratamiento del miedo, como los que hacía a los chicos de los movimientos sociales. Las presas también me pidieron hablar del procés y de Catalunya

Gabriela Serra, en un parque al lado del Ateneu Barcelonès. / Foto: Montse Giralt

¿Y por qué se crea la asociación Observa? ¿Es la presidenta?
Sí, me han hecho la presidenta de Observa. Esta asociación tiene un origen muy claro que es ayudar al Observatorio del Sistema Penal y los Derechos Humanos (OSPDH) de la Universidad de Barcelona y el SIRECOVI (Sistema de Registro y Comunicación de la Violencia Institucional), que hace más de 20 años que funciona y su director es Iñaki Rivera. Conocí el Obsevatori hacia el año 2000 en el movimiento antiglobalización que hubo tantos presos y condiciones bárbaras y se hacía un seguimiento de presos políticos. También tuve relación con familiares de presos políticos, y ahora están mezclados con los de los presos comunes, y alguna vez me habían pedido apoyo e intercambio con ellas. Y el suficiente tiempo que fui diputada también tuvimos relación por denuncias de vejaciones en las prisiones. Y con el procés y el juicio, diferentes entidades de derechos catalanas crearon el International Trial Watch- Catalan Referèndum Cas, donde había Irídia, la Asociación Catalana para la Defensa de los Derechos Humanos, el Observatorio...Que fue muy importante, nos hemos ido reuniendo, pero tuvo consecuencias para Iñaki.

¿Cuáles?
El sistema no te perdona que tú señales los errores de los sistema y que entres a hablar de la violencia institucional. Estuvimos muy contentos con el procés y los presos políticos porque por primera vez en este país se empezó a hablar de las prisiones, y no ya desde el punto de vista de la tortura sino de los pobres padres que no pueden ver a sus hijos, estos pobres padres que no pueden ir a las exequias de un familiar...Y entonces que ya hacía voluntariado a Wad Ras decía: "Eso no solo pasa a los presos políticos, les pasa a todos." Además, ellos decían que estaban injustamente, como también dicen los presos comunes. Hay un nivel triste de asunción de la culpa y de legitimidad de tu castigo...Por eso las presas decían que era injusto lo que pasaba a los presos políticos. Y yo los respondía: "¿Tu caso es justo? Ellos lo han hecho porque han querido." Se abrió un canal con familiares de presos, y valga decir que los presos y las presas políticos ayudaron mucho.

¿Cómo ayudaron los presos políticos?
Carme y Dolors y los presos hicieron declaraciones. Se evidenció que en nuestra casa no hay prisiones de mujeres, solo hay una que es Wad Ras y para preventivas. Los espacios están ocupados por hombres. La Carme en Madrid estuvo a una prisión de mujeres y cuando vino a la prisión de Mas d'Enric estaba en los módulos de mujeres todas mezcladas y ella quedó muy impresionada, y en Wad Ras le pareció realmente una prisión de mujeres. Y Carme hizo una tarea impresionado para conseguir cosas, como Dolors en Puig de les Basses. Y la lástima es que cuando salen los presos de la prisión, todo se pierde y se acaba, como el programa tan útil que tenía el Josep Rull en 8TV, dónde invitaba compañeros de la prisión. Josep estaba en el grupo de teatro de Lledoners y una vez vinieron a Wad Ras, e hizo un papel buenísimo, y le dije que se ganaría mejor la vida de actor que de político tal como están las cosas (ríe). Hacía de uno secuestrado y él acababa secuestrando al secuestrador. Como Cuixart haciendo cerámica.

Los presos políticos ayudaron a dar a conocer las prisiones, pero cuando salen, todo se acaba

¿Qué quiere decir que todo se acaba cuando salen de la prisión?
Pues que se acaba la atención de la sociedad y de los medios de comunicación a les prisiones, de lo que pasaba dentro; se las vuelve a olvidar. Cuando estaban los presos políticos se hablaba de la vida cotidiana de los presos políticos, pero también del resto.

Recientemente, hicieron la presentación de Observa en la prisión Modelo. ¿Quién forma parte de la asociación?
Somos muchas entidades. Miembros de Irídia, de Alerta Solidaria, de la Comisión de Defensa del Colegio de la Abogacía de Barcelona, de la Organización Mundial contra la Tortura, el Instituto de Derechos Humanos de Catalunya, IACTA, David Badia, miembro y voluntario de Justicia y Pau... Hay abogados, profesores universitarios, periodistas, familiares de Presxs de Catalunya, de la Red Anti-Represión de Familiares de detingudes...I la iniciativa es a partir de la denuncia de tres sindicatos contra Iñaki Rivera y a su equipo porque en una entrevista dijo que en las prisiones catalanas se vulneran derechos humanos y hay violencia institucional. Fue muy doloroso. A Iñaki se le abrieron puertas, pero también se le han ido cerrando otras.

¿ Iñaki Rivera señalado?
Sí. Iñaki Rivera es una persona señalada por algunos sindicatos de prisiones, pero también en el mundo de la Justicia. Ojalá el mundo de la justicia fuera justo, prudente y demócrata hasta la saciedad. E Iñaki tiene un nivel de coherencia y combatividad que no se vende ni se calla ante las injusticias y las vulneraciones de derechos humanos de cualquier preso y presa. Eso lo ha demostrado el Observatorio, que no está por los presos de categoría, sino para todas las personas que están presas, muy pocas de forma legítima, aunque sean legales. Y con los casos surgidos del procés, los 3.000 que tenemos pendientes, está la necesidad de que el Observatorio y el Sirecovi, que es el brazo activo, que hace las denuncias, tengan una capacidad de trabajo y movilidad de forma estable y permanente. En estos momentos, en el Sirecovi son 6 personas que se dedican horas y horas, que van a todas las prisiones de Catalunya, que tienen que hacer informes, que tienen que enviar denuncias. Y solo Wad Ras está en una ciudad, el resto de prisiones están lejos, y esta es la primera vulneración de derechos humanos. Es la primera violación de derechos humanos ilegal, porque la legislación de régimen penitenciario afirma que los presos presas estarán en centros lo más cerca de sus lugares de origen. Y es más grave en casos de las mujeres que tienen chiquillos.

El hecho que las prisiones catalanas estén lejos de las ciudades es la primera violación de derechos humanos ilegal

Gabriela Serra, antes de la entrevista / Foto: Montse Giralt

¿Se vulneran derechos a las prisiones catalanas?
¡Y tanto! Las prisiones están en el quinto pino. Y, a partir de la lejanía física, geográfica se desprenden un montón de impedimentos y por lo tanto de vulneraciones. Las familias no pueden ir a ver a sus parientes cerrados, tienen falta de recursos y por lo tanto no se pueden permitir el lujo de pagar billetes de viajes arriba y abajo. Por lo tanto, las familias no pueden hacer un seguimiento del estado de salud de su pariente preso, de su estado anímico, de su estado emocional. Tampoco de las enfermedades. Este primer alejamiento facilita una falta de transparencia terrible. ¿Eso con quien no pasaba? Con los presos políticos. Los presos políticos tenían continuamente visitas, familiares, observación, acompañamiento y ayuda de todo tipo. Con los presos políticos tuvimos una cosa que no tenemos en casi ningún preso: saber día a día el estado de su situación mental, emocional, económica y sentimental. Y con los presos comunes no puedes hacer un seguimiento objetivo o que las familias ayuden y expliquen cuando se ponen nerviosos.

Con los presos políticos se sabía día a día su estado mental y emocional, hecho que no se puede saber con el resto de presos

¿Y qué objetivo se marca Observa?
Pues, mantener el trabajo que hace el Observatorio, pero más estable y permanente. Todo el servicio de vigilancia, de acompañamiento, de monitorización, de información, de denuncia que se hace desde el Observatorio y el Sirecovi queremos que sea viable y constante.

¿Y cómo lo harán?
Por eso, hemos hecho ahora la campaña: 'Hazte observador', que es para que las personas se hagan socias y colaboren. Y sobre todo, para mantener la independencia del Observatorio y del Sirecovi, y no tener que hacer pleitesia a nadie.

La Sindicatura de Greuges también visita las prisiones. ¿No es suficiente su control?
Es diferente. El Observatorio ha trabajado mucho con el Síndic y el Defensor del Pueblo a nivel estatal. También con la Comisión contra la Tortura del Parlamento Europeo, y el Sirecovi ha tramitado denuncias a la Sindicatura. Y precisamente, se gana la denuncia de los sindicatos contra Iñaki Rivera porque la vulneración de derechos en las prisiones también lo había recogido el Síndic de Greuges en un informe.

¿Sin embargo, en las prisiones catalanas se tortura?
Sí. La tortura es una manera de vulnerar derechos. Cuando hablamos de tortura siempre pensamos en las físicas, pero hay de muchos tipos, como la psíquica. Lo mismo pasa con la violencia machista, hay mujeres que sufren violencia psíquica, emocional y económica, a parte de la física. Y hay que decir, que hay muchas situaciones de vulneración de derechos que son fruto de deficiencias. Este año vamos por 35 muertes en las prisiones catalanas. El diseño de las prisiones, de las políticas penitenciarias, el régimen penitenciario, la preparación y formación que reciben los funcionarios no son lo mejor del mundo, o la falta de tratamiento. Si las escuelas, que vamos todos, no se miran bastante en cuanto a espacios y preparación del personal, imaginaos las prisiones, que nadie las mira, y no va todo el mundo. El sistema es el causante de la misma vulneración de derechos. Por ejemplo, denunciamos las contenciones en las prisiones, donde hay un porcentaje enorme de personas con problemas de salud mental. ¿Tenemos nuestro cuerpo de funcionarios y funcionarias lo bastante preparado y con bastantes elementos e instrumentos y conocimiento para coger estos casos con serenidad y a tiempo? No, no lo tenemos.

Si las escuelas, que vamos todos, no se miran bastante en cuanto a espacios y preparación del personal, imaginaos las prisiones, que nadie las mira, y no va todo el mundo

Los sindicatos se quejan de que se ha criminalizado a los funcionarios de prisiones, especialmente los de régimen interior.
La mayoría del cuerpo de funcionarios son personas que hacen su trabajo de la mejor manera que pueden, que saben y que se los dejan. Ellos también tienen un reglamento. Se tienen que investigar casos concretos. Como cuando dicen  "los políticos", no diga cuáles... O todos los periodistas son machistas y violan a las chicas jóvenes; pues, no. Posiblemente, con los porcentajes tan altos de personas con problemas de salud mental tendríamos que tener una mayor asistencia en salud mental porque un funcionario no tiene por qué saber de todo, ni estar preparado para deducir o intuir para actuar delante de todo. Y eso no quiere decir que se tenga que vigilar a a quién vigilar y cuidar a quien cuida, como en todos los oficios.

¿Las contenciones mecánicas se tienen que eliminar de las prisiones?
En principio, sí. Tiene que haber mecanismos suficientes para no llegar a la contención mecánica. Pueden haber casos muy concretos, como pasa en centros de salud mental, que primero tiene que ser la contención, pero después hace falta ver cuánto tiempo, el tipo. Hay un tema paralelo: las sedaciones. De estos 35 muertos que hemos tenido, uno de los últimos casos era un chico joven, que había entrado en el comedor dar tumbos, que todo el mundo veía que estaba mal, estaba sobremedicado y hueles un miligramo de alguna cosa y ya has bebido aceite. ¿Los presos con problemas mental tienen que estar en las prisiones? ¿En qué prisiones? ¿Cuál es la ayuda que damos a los presos?

¿Los presos con problemas de salud mental tienen que estar en las prisiones? ¿Y en qué prisiones? ¿Qué ayuda damos a los presos?

Hay estudios que sostienen que la mujer es abandonada por la pareja y la familia cuando entra en la prisión, mientras ellas son fieles y van a visitarlos.
Depende. En Wad Ras casi el 45% son extranjeras y por eso estas mujeres no reciben visitas de la familia ni los hijos. La sociedad civil, las instituciones y el poder tendría que tener claro que el único derecho que pierde una persona presa es la libertad de movimientos, pero no pierde el derecho a la dignidad, ni a la ternura, ni a la salud, ni a tener un mal día y enviar a los funcionarios a la mierda, porque también lo hacemos en casa, y después ya le pedirá disculpas.

¿Qué medida urgente tendría que garantizar el Departament de Justicia en las prisiones?
Atención. Está bien que las presas trabajen, hay empresas que ganan más dinero porque es más barato, pero está bien que trabajen, porque tienen que llenar 24 horas. Pero tendrían que poder llenar las 24 horas como el resto de personas, trabajando, cuidando a las personas que aman, cuidándose a ellas mismas, de aprender, leer. Que puedan ejercer todos los otros derechos que no te han sacado.

En las prisiones también hay homicidas, depredadores sexuales, pedófilos...
Sí, claro en la prisión hay de todo. Y también hay ladrones altos corruptos, que estos sí tienen garantizados los derechos. Y los casos de sangre y de violencia machista es un porcentaje pequeño, comparado con la mayoría de personas cerradas en las prisiones. Estas personas necesitarían que dentro de la prisión tengan ayuda para afrontar esta deriva mental y sexual, porque no solo es machismo. Y sus derechos también se tienen que garantizar porque la pena de muerte la sacamos. La Constitución dice que hay que reeducar a estas personas para reinsertarlas en la sociedad. Pero las prisiones hoy día ni reeducan ni reinsertan. Primero porque la sociedad no está preparada para reinsertar nadie. Cerca del 50% de presos son migrantes, de los cuales unos cuantos son marroquíes y el resto latinoamericanos, algunos cumpliendo penas de multa. Son personas que no tienen donde reinsertarse porque nunca han sido reinsertados. ¿Dónde se reinsertan? ¿En la miseria? ¿En la calle? No tienen familia, ni quien los ayude y envuelva. ¿Con la reeducación hay que tener este sufrimiento?

Cerca del 50% de presos són migrantes. Són personas que no tienen donde reinsertarse porque nunca han sido reinsertadas. ¿Dónde se reinsertan? ¿En la miseria? La sociedad ha de ser más compasiva

¿Y qué hay que hacer?
Suerte de la gran y fundamental tarea que hacen un montón de entidades de derechos humanos, y se tiene que decir que la mayoría son organizaciones cristianas, de la iglesia, como Justicia y Pau, que dan acompañamiento y que intentan que encuentren trabajo, pero no les pueden dar trabajo, ni una vivienda. Y este es un déficit terrible de la política penitenciaria. ¿Si hablas de reinsertar, como lo haces? Cuando acaban la condena no son hombres y mujeres libres, siguen siendo personas esclavas de la pobreza, de la miseria, de la enfermedad que tienes, de la soledad. Le devuelves a aquel mundo de donde le vinieron a buscar y cerrar. La sociedad civil tendría que ser más generosa y compasiva. Hay que acompañar a la gente, y más en estas fechas de Navidad.

¿Hablando del país, es todavía posible la independencia de Catalunya?
La independencia siempre la he visto proporcional a la capacidad de riesgo que queremos correr. Esta no es la de hacer discursos, proclamas y cartas a los reyes. La capacidad de riesgo es jugártela de verdad, y no solo se la tiene que jugar los políticos, que también, sino toda la ciudadanía que dice que es independentista. Y si nos pensamos que hoy nos levantaremos autonomistas y mañana independentistas, y que nuestra vida no cambiará nada de nada, socialmente, económicamente, es que no entendemos lo que significa conseguir la libertad. La libertad nunca ha sido gratis, siempre ha tenido un precio.

Quiero una Catalunya independiente, pero para hacer una Espanya en pequeño no juego

¿Qué propone?
Nos tendríamos que encontrar en grupos, en asambleas y decidir qué acciones tenemos que tomar y qué realmente estamos dispuestos a arriesgar. Sin capacidad de riesgo, de perder unas cosas para ganar otras, no tendremos independencia.

¿Y como ve la clase política catalana?
Muy despistada. Hay muchas cosas que no se han aclarado. Algún día, espero que llegue, donde todos los políticos que en aquellos momentos llevaban las riendas del país nos expliquen realmente qué pasó, qué falló, qué diferencias tenían entre ellos, y qué les hizo decidir a no hacer nada más. Cuál fue el toque de gracia que hizo que dijeran: "Hasta aquí hemos llegado". Eso todavía no nos lo han explicado y, por eso, hay más desbarajuste. Con todos los respetos que les tengo, porque se la jugaron, esta verdad la tienen que explicar. Y mientras tanto, si queremos una Catalunya independiente, que yo la quiero, tenemos que hacer cosas ahora. Quiero una Catalunya independiente, pero para hacer una España en pequeño no juego. Y en esta Catalunya que queremos tenemos escuelas, prisiones, barrios, pobreza, falta de trabajo, tenemos burguesía explotadora, tenemos un capitalismo que nos da una patada y nos deja en la calle...Y todo eso no lo podemos dejar para cuando seamos independientes. Y este es el nivel de riesgo, luchar por estas cosas. Los tiempos que vienen serán durísimos con la crisis que arrastramos hace más de 20 años, que se ha agravado con la pandemia y la guerra de Ucrania. A la guerra de la injusticia y la violación continua de derechos humanos no paremos bola; solo cuando hay tiros. Lo que más mata es una herramienta que se llama miedo. Por lo tanto, tenemos que arriesgar. Decía Gandi que la verdad nos hará libres, pero también que para encontrar la verdad, tenemos que perder el miedo. Tenemos que ser valientes.

Serra, en la plaza donde hay restos romanos / Foto: Montse Giralt