El PP sigue ganando elecciones. Este domingo, siete meses después de la incontestable —pero insuficiente— victoria de los populares en las elecciones generales del 23-J, el discípulo político de Feijóo, Alfonso Rueda, ha afianzado su mayoría absoluta en Galicia con 40 diputados. Pedro Sánchez gobierna el Estado, pero Alberto Núñez Feijóo domina las autonomías, y es el preferido en las urnas. Porque hace nueve meses el PP también arrasó en las elecciones autonómicas y municipales del 28-M. Y hace un año y medio el PP de Juanma Moreno también arrasó en Andalucía con otra mayoría absoluta. Mientras tanto, Sánchez, inestable en la Moncloa por su dependencia agónica de Junts per Catalunya en el Congreso, ha quedado hundido en las urnas gallegas, relegado a una debilitada tercera fuerza (9 escaños). Los indecisos de izquierdas han dejado de lado la opción socialista y han entregado su apoyo al BNG (25). Feijóo, que este domingo lo tenía todo a perder, ha consolidado su liderazgo al frente del PP.
Ha sido, precisamente, una campaña gallega con epicentro en Madrid. Porque los comicios se han traducido en un plebiscito sobre los liderazgos de Sánchez y Feijóo en clave estatal. Los dos se han volcado en estas elecciones; hasta el punto que el líder del PP ha tenido su propia caravana, independiente de la de Alfonso Rueda. Fuentes del PP, con las urnas ya escrutadas y la mayoría absoluta gallega consolidada, dan validez a la lectura en clave de plebiscito de estas elecciones; y reivindican que Sánchez es presidente sin tener su poder arraigado en las comunidades autónomas. Además, destacan el mal resultado de as dos formaciones del Gobierno: los socialistas se derrumban y Sumar se queda fuera del hemiciclo gallego.
Isabel Díaz Ayuso había programado para este lunes a primera hora un desayuno informativo en Madrid para ser la primera a reaccionar a una crisis de liderazgo de Feijóo al frente del PP. Pero el aliento en la nuca de la lideresa madrileña no se traducirá en un mordisco a quien seguirá conservando el despacho de la séptima planta de Génova 13. Hace una semana ya fue prudente, y cerró filas con el líder de su partido después de la avalancha informativa sobre la confesión de Feijóo de estar dispuesto a indultar a Carles Puigdemont.
Quien se ha hundido este domingo en Galicia ha sido Pedro Sánchez. Porque el partido ha obtenido su peor resultado histórico en el parlamento gallego. El PSdeG obtuvo su mejor marca en 1989, con 28 diputados. En 2005 obtuvo 25, y pudo gobernar de la mano del BNG. Cuatro años más tarde, en el 2009, repitió resultado, pero aquello fue el inicio de una caída libre que lo ha llevado este domingo a perder cinco escaños respecto de las elecciones del 2020 y situarse en solo nueve diputados. Los socialistas han quedado reducidos a una tercera fuerza muy distanciada del BNG, que afianza su papel como líder de la oposición a la inquebrantable mayoría absoluta del PP.
Los socialistas llegaban a estos comicios desgastados por las inacabables negociaciones con Junts per Catalunya sobre la amnistía. De hecho, el PP, avanzó la fecha de las elecciones gallegas de una manera que las ha hecho coincidir con la tramitación de esta ley. Los socialistas decidieron, también, dejar en dique seco la norma durante los últimos días, para silenciar las negociaciones durante la campaña electoral. Es más, el PSOE ha intentado durante la semana pasada exprimir a favor suyo todo el jugo posible de la confesión que hizo Feijóo sobre indultar a Puigdemont, pero no ha sido suficiente. De hecho, Cuca Gamarra ha reivindicado, con las urnas ya escrutadas, mantener la "oposición firme" a la amnistía.
La confesión de Feijóo sobre indultar a Puigdemont
La campaña de estas elecciones gallegas ha estado marcada por la confesión que hizo Alberto Núñez Feijóo hace una semana. Carles Puigdemont avisaba en un artículo publicado en ElNacional.cat que todo se sabrá, sobre los acercamientos que habría hecho el PP a Junts el pasado verano, para estudiar si era posible el apoyo de los independentistas a una investidura de Feijóo. El líder popular se avanzaba, y en una conversación informal con periodistas, reconocía que estaría dispuesto a conceder un indulto condicionado al presidente en el exilio. Fuentes de Génova 13 aseguran ahora que en ningún momento les hizo sufrir este resbalón del líder popular, y que "no es fácil hacer pasar Feijóo por un líder independentista".
Intentó más tarde corregir sus declaraciones, pero todavía mareó más la perdiz, porque señaló, sencillamente, que "no se cumplen las condiciones" para que eso se lleve a cabo. No acababa todo aquí. En aquella conversación, también admitía haber estudiado durante 24 horas negociar una ley de amnistía, cosa que después habría descartado. Y después de inacabables manifestaciones en Madrid en las que acusaba a Carles Puigdemont de haber cometido un delito de terrorismo durante el procés reconocía que veía complicado que los jueces españoles puedan probar este delito.
Incluso ERC quiso mojar pan, y la secretaria general del partido, Marta Rovira, aseguró que el diputado del PP en el Congreso Carlos Floriano había hecho aproximaciones a los republicanos para explorar la posibilidad de que la formación independentista diera apoyo a una investidura de Feijóo como presidente del Gobierno. El PP lo negó, y aseguró que aquel contacto se limitó a la reivindicación de dejar gobernar la lista más votada.