La exdirectora financiera del Palau de la Música, Gemma Montull, ha querido relativizar la estafa del Palau de la Música en una entrevista en Catalunya Radio. Después de que se destapara el caso Millet, en julio del 2009, Montull asegura que no sabía nada de la trama de corrupción asociada al Palau. Y se desvincula de cualquier tipo de relación sobre el escándalo con su padre, Jordi Montull, exnúmero dos del Palau.
También asegura que no tenía ninguna relación con el presidente Artur Mas ni le constaba que este tuviera con el Palau. Mas ha sido señalado por el extesorero de CDC, Daniel Osàcar, de estar al corriente del supuesto enlucido de dinero de la formación procedente de comisiones ilícitas y que el presidente ha negado rotundamente.
Recordamos que, junto con el expresidente del Palau de la Música, Fèlix Millet, y el tesorero de CDC, Daniel Osàcar, Jordi Montull entró a la prisión once años después de destaparse el escándalo de corrupción. Por su parte, Montull cumple una pena de siete años y medio de prisión que decretó la Audiencia Nacional.
23 millones
La hija, Gemma Montull, ha justificado el fraude: "Si divides 23 millones de euros entre todos los años, las personas que había implicadas y los porcentajes de cada uno, te das cuenta de que son mucho dinero, pero tampoco te pienses que entraban sacos de dinero".
Y evita establecer paralelismos con otras tramas corruptas, como el caso Noós que involucraron la infanta Cristina: "No me siento como la infanta cuando decía que no sabía nada de lo que hacía Urdangarín. Lo que se hablaba en los despachos de presidencia del Palau, no trascendía". A pesar de todo, sus palabras suenan igual y asegura que nadie se enteraba.
Sobre la relación entre Millet y Montull padre, admite que no han acabado bien: "Están en dos o tres celdas de distancia pero no tienen demasiada relación, no ha acabado muy bien la cosa". También dice que no está enfadada con su padre ni le reprocha nada de lo que hizo.
Gemma Montull trabaja actualmente de auxiliar administrativa en una auditoría, según explica. Y lamenta que su apellido en pocos años ha pasado a estar en boca de todo el mundo pero un tiempo atrás "llamarse Montull era como llamarse Garcia".