La Generalitat de Catalunya ha presentado este jueves la nueva delegación en Andorra, con la intención de "reforzar" las relaciones con el país pirenaico. En la presentación, en el Centro de Congresos de Andorra la Vieja, la consellera de Acción Exterior y Unión Europea, Meritxell Serret, ha asegurado que "es un paso adelante en las buenas relaciones entre Andorra y Catalunya".
Según Serret, esta nueva delegación permitirá que la Generalitat esté "más presente" en Andorra, donde hay una comunidad catalana de 16.000 personas, y servirá para abordar "cuestiones de interés mutuo", entre las que ha destacado la prevención de incendios forestales, la gestión de residuos, los transportes viarios o el gobierno abierto.
"La sede permitirá favorecer las relaciones comerciales, humanas y culturales entre los dos territorios", ha afirmado Serret, que también ha explicado que Catalunya concentra el 52,1% de las exportaciones del Estado en Andorra y recibe el 41,6% de las importaciones provenientes del Principado.
En el acto también se ha anunciado un convenio sanitario para facilitar el acceso de los habitantes del Alt Urgell en el Hospital Nuestra Señora de Andorra y un acuerdo para mejorar la conectividad ferroviaria entre el Principado y Barcelona en el futuro.
El catalán como nexo de unión
La consellera Meritxell Serret ha destacado que las relaciones entre Andorra y Catalunya están marcadas por la "singularidad" de la lengua común, y ha instado a colaborar conjuntamente para que el catalán tenga "reconocimiento internacional".
La delegada del gobierno catalán en Andorra, Anna Vives, ha defendido la utilidad de la delegación como "hilo conductor que traduzca Catalunya a Andorra y Andorra en Catalunya". Según han anunciado, pronto se contará con una sede física, que abrirá en los próximos meses, a la cual se pueden dirigir los catalanes que viven en el país pirenaico.
Durante su visita, Serret tiene previsto reunirse con la ministra de Asuntos Exteriores andorrana, Maria Ubach; con el alcalde de la Seu d'Urgell, Francesc Viaplana; y con el copríncipe episcopal, Joan-Enric Vives.