El Govern de la Generalitat quiere asumir al menos una primera línea de Rodalies antes de que finalice en el 2024, posiblemente el R1, y que la empresa mixta Rodalies Catalunya, que tiene que gestionar el traspaso de los alrededores ferroviarios, arranque a la primera mitad este año. "Este es el calendario en que nosotros nos estamos apañando", ha explicado en una entrevista con EFE a la consellera de Territori, Ester Capella. La consellera pactó el 10 de enero pasado con el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, constituir la comisión política sobre este traspaso a lo largo de la primera semana de febrero, aunque sin fijar encara el día concreto.
Este mismo año se tendría que transferir una de las líneas contempladas al acuerdo. En concreto, el texto contempla el traspaso "al menos" del R1 (la que discurre por el Maresme), del R2 sur (Sant Vicenç de Calders (El Vendrell)-Barcelona) y del R3 (el Papiol-l'Hospitalet de Llobregat-Vic-Puicerdà). Capella ha señalado que "a priori" la línea que parece "más sencilla" traspasar es el R1, si bien ha matizado que "una cosa es lo que puede pensar una y otra qué dirán los técnicos". Por otra parte, Capella no cierra la puerta a traspasar más de una línea: "Si se traspasan dos, pues dos".
Entre los acuerdos entre ERC y el PSOE se incluye constituir una empresa mercantil bajo el nombre Rodalies Catalunya que asuma los recursos materiales y humanos de Renfe en Catalunya y el consejo de administración de los cuales estará compuesto a partes iguales para representantes de la Administración general del Estado y de la Generalitat. El presidente o presidenta la tendrá que proponer a la Generalitat, que tendrá un "voto de calidad" para decantar las votaciones, si bien las decisiones "estratégicas" requerirán una mayoría cualificada del consejo. Capella ha indicado que "durante el primer semestre del año tendría que estar a punto la empresa, ya presidida y con su composición establecida."
Primera concreción: 410,7 millones del déficit tarifario
El pacto mencionado también contempla el abono de varias partidas, cuantificadas en poco más de 500 millones de euros en el momento de cerrar el acuerdo y que una vez analizadas en detalle superan los 575 millones. Una es el déficit tarifario, en esencia, la parte del coste del servicio que no se sufraga mediante la venta de billetes, sino con aportaciones de las administraciones. Fuentes del departamento cifran en 410,7 millones de euros el déficit tarifario del 2023. En el caso del 2022 se estimaba que fue de 335 millones, si bien finalmente se ha situado en los 401.
Estos recursos se tienen que traspasar durante el primer trimestre de cada año, según dice el acuerdo. En realidad, el traspaso del déficit tarifario ya estaba incluido en el traspaso de Rodalies del 2010, pero nunca se acabó efectuando. Otras partidas que se tendrán que traspasar a la Generalitat son la deuda generada por el Plan de Acción de Renfe (152 millones, enfrente de los 132,7 queridos al texto), la duplicación de los servicios entre Lleida y Manresa (4,8 millones) y el coste de incrementos de servicios provocados por los cortes de servicio (9,7 millones). La voluntad de Capella es que el Estado incluya estos recursos a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) o que, si estos no se aprobaran, que el gobierno central encuentre fórmulas alternativas.
La figura de Macias y los beneficios para la ciudadanía
El Gobierno ha encargado pilotar el traspaso al exconseller de CiU Pere Macias, con años de experiencia política y grande conocedor del sector y que ha nombrado recientemente comisionado para el Traspaso Integral de Rodalies. Para Capella, Macias tiene "una función prioritaria", ya que "tiene que jugar el rol de coordinar, coordinar y aportar conocimiento". Otro papel importante lo asumirá el hasta ahora secretario general del departamento de Economía de la Generalitat, Josep Maria Vilarrúbia, que se encargará más en concreto de la parte de infraestructura, asumida actualmente por el estatal Adif y que se traspasará poco a poco a la empresa pública de la Generalitat Ifercat.
Con respecto a los beneficios para los ciudadanos de este traspaso, Capella ha señalado, en primer lugar, la comunicación y el traslado de la información, principalmente cuando hay incidencias, dado que ha defendido que el Gobierno ha demostrado, mediante su empresa Ferrocarriles de la Generalitat (FGC), que es capaz de hacerlo "muy bien". Ha citado también elementos como la mejora de la iluminación, la limpieza de estaciones o trenes, el cuidado de las vías y sus alrededores, la previsibilidad en las obras de mejora o el hecho de que se dé prioridad a los trenes de pasajeros antes que en los de mercancías -lo que está recogido en el acuerdo.