El rey emérito Juan Carlos I sigue acaparando titulares y cada día se conoce nueva información sobre su fortuna. Este martes, El Español explica que el rey emérito no declaró a hacienda los fondos de la Fundación Lucum. El medio hace esta afirmación después de haber tenido acceso a la declaración del gestor Arturo Fasana, el gestor del rey Joan Carles I.
El fiscal de Ginebra fue directo y preguntó a Fasana si Juan Carlos I "ha declarado los fondos de la Fundación Lucum a las autoridades fiscales españolas". La respuesta de Fasana fue igualmente clara: "Que yo sepa, no. Le tendría que preguntar a él".
Fasana prestó declaración delante de el fiscal suizo el 18 de septiembre de 2018, y también admitió que no hay ningún documento oficial que demuestre que los 100 millones de dólares ingresados en Lucum fueron un "regalo" al rey emérito de parte del rey de Arabia Saudí.
Fasana y el blanqueo de capitales
Arturo Fasana está siendo investigado en Suiza por un presunto delito de blanqueo de capitales relacionado con la creación de la Fundación Lucum y la apertura de una cuenta de esta fundación en el banco Mirabaud de lo que era beneficiario el rey Joan Carles I.
Está precisamente en la cuenta que abrió Fasana donde se ingresaron los 100 millones de dólares (cerca de 65 millones de euros) que, según el emérito, fueron una donación del rey de Arabia Saudí. El fiscal de Ginebra considera que Fasana gestionó este patrimonio "sin haberse asegurado de que los fondos eran de origen legal", según se ha podido extraer de su declaración.
La relación del rey con su gestor
En la declaración delante de el fiscal suizo, el gestor Arturo Fasana explica que conoció al rey emérito en un desayuno en Madrid el año 2006 pero que no fue hasta el 2008 cuando empezó a trabajar para él. Fasana asegura que al principio de 2008 Juan Carlos lo contactó por teléfono para decirle que recibiría una donación del rey de Arabia Saudí y que necesitaba saber cómo tenía que proceder".
Fasana y el emérito se reunieron, también con la presencia del abogado Dante Canónica, para decidir cómo se administraría aquel dinero. Fasana indica que le hizo saber al Rey que aquella gestión podía ser complicada debido a su estatus.