La intención del Govern de la Generalitat de constituir una banca pública de Catalunya ha sido uno de los temas centrales de la reunión que han mantenido hoy en Frankfurt el conseller de Economía, Jaume Giró, y el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), Luís de Guindos. El encuentro ha servido también para analizar los datos marcroeconómicos y las consecuencias de la guerra de Ucrania tanto en el conjunto de la zona Euro como en Catalunya.
El conseller ha trasladado al vicepresidente del BCE "la determinación del Govern de hacer a una banca pública del siglo XXI en Catalunya", según se ha informado a través de un comunicado de la conselleria, donde se ha añade que Giró ha expuesto a De Guindos las "diferentes vías" en que trabaja el departamento para hacerlo viable. La creación de una banca pública es una vieja aspiración del Govern de la Generalitat. De hecho, todos los gobiernos que se han ido sucediendo en el Palau de la Plaça Sant Jaume los últimos diez años han asumido entre sus compromisos la transformación del Institut Català de Finances (ICF) en un banco público de Catalunya.
El Govern ya pidió en la anterior legislatura, con Pere Aragonès como conseller de Economía, la autorización al Banco de España para que el ICF pudiera operar en el mercado minorista. Pero el mes de febrero el Banco de España comunicó que había desestimado la petición de la ficha bancaria. La conselleria de Economía recurrió aquella decisión, pero Giró dejó claro que abordaría otras estrategias para sacar adelante la banca pública esta legislatura dado que hacerlo a través del ICF no es viable ni desde el punt de vista material ni jurídico. De hecho, el conseller ha expuesto estas propuestas alternativas al vicepresidente del BCE sin esperar a tener respuesta al recursos presentado ante el ministerio.
Desde el departamento se subrayado, para defender la necesidad de una banca pública, que Catalunya es uno de los territorios que se ha visto más afectados por la reestructuración del sector bancario, una situación a la cual se añadió la decisión de los grandes bancos catalanes de trasladar sus sedes después del referéndum del 1-O. El resultado, subrayan, es que Catalunya ha pasado de tener dos grandes bancos y un sistema de 10 cajas de ahorro, muy arraigadas en el territorio y en contacto con pequeñas y medianas empresas, a no tener ninguno.
Eso se produce, además, con un sistema en el Estado español de muy alta concentración en que el tres grandes grupos españoles concentran más del 60% del mercado financiero.
Por lo que respecta al marco marcroeconómico, según la nota que ha hecho pública la conselleria, Giró y De Guindos han analizado con especial atención al incremento de precios de la energía, así como las previsiones del BCE sobre la evolución de los tipos de interés y las consecuencias de la parada en la compra de bonos por parte del BCE a partir del verano.