Cuando todavía no se ha llegado al ecuador del 2022, el conseller de Economía y Hacienda, Jaume Giró, ya mira hacia el futuro. Y es que este mismo miércoles ha anunciado que ha firmado la orden de elaboración de los presupuestos del próximo año, que es el pistoletazo de salida para iniciar todo el proceso y que tiene que culminar con su aprobación. El objetivo del conseller, pues, es acabar todo el trabajo antes de que llegue el cambio de año, y poder empezar en 2023 con unas cuentas nuevas que no sean la prorrogación de las actuales.

"Es especialmente trascendental ir adelante con los presupuestos del 2023, en un año enmarcado por un escenario lleno de incertidumbres, con el modelo de financiación caducado desde 2014, y una inflación y unos costes de la energía que auguran unas perspectivas económicas muy negativas", ha advertido. Así, ha recordado que la inflación actual es del 8%, de manera que si se prorrogaran las cuentas actuales de cara al próximo año ya habría una insuficiencia presupuestaria inmediata. Y ha remarcado que las medidas de este año, como la ampliación de la plantilla sanitaria, educativa y de seguridad, las rebajas de las matrículas universitarias, y la baja de las ratios en las escuelas, solo ha sido posible gracias a tener los presupuestos aprobados.

Con este objetivo, se ha dirigido directamente a los partidos políticos, y ha apelado a su responsabilidad para llegar a un acuerdo final. "En unas semanas iniciaré la negociación con los diversos grupos políticos", ha afirmado, añadiendo que está dispuesto a hablar con todos los grupos parlamentarios excepto la ultraderecha de Vox. "Veremos cómo encajamos y qué podemos encontrar", ha dicho. "Confío en que el conjunto de partidos sabrán estar a la altura del momento histórico que requiere su responsabilidad y generosidad para los nuevos presupuestos". Las cuentas del año pasado acabaron aprobándose gracias al voto favorable de los partidos del Govern y los comuns, mientras que la CUP se desmarcó.

 

Más déficit fiscal

Por otra parte, Giró también ha confiado en que las próximas cuentas garantizarán la flexibilidad de las reglas fiscales. El conseller espera que el margen del déficit fiscal al menos se mantenga en el 0,6%, o que incluso se levanten los límites de cara al próximo año. Hace unas semanas, el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ya reclamó al gobierno central que se aumenten los objetivos de déficit del 0,6% al 1%, una medida que calculan que permitiría a la Generalitat tener 750 millones de euros más para hacer nuevas medidas que hagan frente a la crisis.