El bloqueo del catalán en la Unión Europea sigue muy vivo. Suecia y Finlandia son dos de los estados que más firmemente se han opuesto a la incorporación del catalán, el vasco y el gallego como lenguas oficiales del organismo comunitario. Y, según ha afirmado este martes el Gobierno, estas reticencias son culpa del Partido Popular. No es ninguna coincidencia que los dos países nórdicos estén gobernados precisamente por formaciones aliadas de los de Alberto Núñez Feijóo: el Partido Moderado en Suecia y el Partido de la Coalición Nacional de Finlandia están integrados en el Partido Popular Europeo.
Por ello, este martes, el secretario de Estado español para la UE, Fernando Sampedro, ha dicho que el hecho de que el PP rechace apoyar esta iniciativa hace que países gobernados por populares no le den apoyo por influencia de partido. Así, ha señalado que existen "resistencias políticas" de algunos socios europeos, como Suecia y Finlandia. En este sentido, ha apuntado a que el apoyo del PP a la propuesta "facilitaría" su aprobación porque gobiernos populares también le darían apoyo. La petición de oficialidad necesita la unanimidad de los 27 para progresar.
El lunes, el ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, ya pidió "más colaboración" al PP para desbloquear la situación. "Si el Partido Popular Europeo quisiera, el catalán, el vasco y el gallego se podrían convertir en lenguas de trabajo en el Parlamento Europeo", criticó Albares. Por eso pidió ayuda a los de Alberto Núñez Feijóo "para seguir explicando mejor a los países del Consejo y a su familia política cómo se podría lograr la oficialidad" en el conjunto de la UE.
Este martes se está celebrando una nueva reunión de los ministros de Asuntos Europeos. En la agenda del día, se aborda la oficialidad del catalán como un "punto de información" en el que el ejecutivo español expondrá los argumentos legales y políticos recogidos en un memorándum que ha hecho llegar a las capitales. Un documento que recuerda que la UE debe "respetar la identidad nacional de los estados miembros" y que, en el caso de España, eso incluye "la diversidad lingüística". "El catalán, el vasco y el gallego son lenguas cooficiales con profundas raíces históricas, un gran número de hablantes y un lugar en nuestra Constitución". En este sentido, el ejecutivo español afirma que las autoridades públicas tienen la obligación de "proteger los derechos lingüísticos" de sus ciudadanos y que eso "se extiende a todas las esferas, también a la europea". A pesar de eso, no se espera que haya ninguna votación sobre la oficialidad.
Nuevas reticencias de Finlandia
De hecho, el ministro de Asuntos Europeos de Finlandia, Anders Adlercreutz, ha vuelto a reiterar las reticencias de su país en esta cuestión. En este sentido, antes de la reunión, ha explicado que la "principal preocupación" de Finlandia sobre la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego en la UE son las "repercusiones" que pueda tener en sus lenguas minoritarias. Adlercreutz ha asegurado que preocupa a Finlandia "adónde puede conducir" la posible oficialidad de las tres lenguas. A pesar de eso, el ministro ha remarcado que su país está "abierto" a estudiar la propuesta y ha dicho que hay que esperar a ver "cómo va" la discusión de este martes. "Entendemos la necesidad. He vivido en Catalunya y entiendo la situación lingüística, pero cuando tomamos una decisión debemos mirar adónde nos conduce", ha añadido.