El Gobierno no tiene, hoy por hoy, los números para convalidar en el Congreso de los Diputados la reforma laboral aprobada a finales del año pasado. Durante las últimas semanas, los aliados estratégicos de La Moncloa, como ERC, el PNV o EH Bildu han reclamado reformas en su tramitación parlamentaria, un extremo al que se niega el presidente Pedro Sánchez. Mientras tanto, la derecha todavía sigue posicionada en el no, aunque algunos sectores conservadores han abierto el debate sobre una posible abstención e incluso Ciudadanos se ha puesto bien. En este contexto, desde La Moncloa intensifican los mensajes dirigidos a sus aliados potenciales.
Lo ha hecho el ministro de la Presidencia y principal interlocutor del Gobierno, Félix Bolaños, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. La mano derecha de Pedro Sánchez ha explicado que durante los próximos días iniciará los contactos con los grupos parlamentarios, "empezando por los aliados". Pero también ha dejado clara su consigna habitual en las negociaciones: "Los contactos, por mi parte, serán discretos".
A pesar de la negociación que quiere abrir, el ministro socialista sí que ha querido hacer llegar una reflexión a grupos de izquierdas como ERC o EH Bildu, sin mencionarlos directamente: "Votar en contra es votar a favor de la reforma laboral del PP del 2012. Quien vote en contra está votando a favor de la reforma impuesta que no contó con nadie. Me cuesta creer que formaciones progresistas voten a favor de que continúe la del PP". Y ha remachado: "Debieran aprobarla".
Sin embargo, más allá de los socios, Félix Bolaños ha querido enviar un mensaje al conjunto de grupos parlamentarios del Congreso, que en menos de un mes debatirá y votará si se convalida o no. Tendrían que hacerlo, ha defendido, "los que tengan sentido de Estado, sentido de la responsabilidad y sentido común".
El ministro de la presidencia ha defendido la reforma laboral negociada con los sindicatos mayoritarios y la patronal, que considera que "es pactada y equilibrada" y que "acaba con la precariedad y la temporalidad", dos grandes lacres del mercado laboral español. Por eso ha deseado que salga adelante con el máximo apoyo posible.
Debate a la derecha
La reforma laboral que ha aprobado el Gobierno esta semana sigue trayendo cola, también entre los partidos de la oposición. Por una parte, desde Ciudadanos apuestan para no rechazar la propuesta de la vicepresidenta Yolanda Díaz, pactada con los agentes sociales, ya que creen que "el parlamento tiene la obligación moral de respetar el acuerdo" a que se ha conseguido estas últimas semanas. Por otro lado, desde el PP también han admitido que la "contrarreforma", tal como la llaman, es menos mala de lo que se esperaban.