¿El rey Felipe VI, mando supremo de las Fuerzas Armadas españolas, se ha vacunado? Al Gobierno "no le consta" que se haya inmunizado. En estos términos se ha expresado, este martes, la portavoz María Jesús Montero. Desde el ejecutivo aclaran que la familia real lo hará siguiendo el mismo protocolo que el resto de españoles, el que fijó el Consejo Interterritorial de Sanidad. Tampoco prevén la vacunación del rey emérito Juan Carlos I, que actualmente se encuentra fugado en los Emiratos Árabes.
Preguntada sobre la cuestión, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este martes, la portavoz del ejecutivo ha apuntado que tanto la Casa Real como los ministros seguirán el protocolo, sin saltarse las colas. "Todos somos iguales, lo único que nos diferencia es nuestra vulnerabilidad", ha asegurado la dirigente socialista. En este sentido, ha dejado claro que cada caso es individual. El rey y el resto de integrantes de la Casa Real lo harán "cuando les corresponda, según su grupo de riesgo", ha concluido Montero al respecto. También ha asegurado que "no hay ninguna previsión" de remisión de vacunas para el rey emérito. Ha recordado que el proceso se está llevando a cabo en el servicio sanitario público.
Los interrogantes sobre la posible vacunación del Rey empezaron a cernir después de que se descubriera que la cúpula militar se había vacunado antes de tiempo, saltándose su propio protocolo y el del Consejo Interterritorial de Sanidad, fijado entre el Estado y las comunidades autónomas. Este escándalo desembocó en la dimisión de Miguel Ángel Villarroya, hasta entonces jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD). Algunos diputados se preguntaron si el monarca también se habría inmunizado. La semana pasada, el Consejo de Ministros nombró al almirante general Teodoro López Calderón, hasta entonces jefe de la Armada, como nuevo JEMAD.
La carta de Villarroya
En su carta a la ministra Robles, donde le presentaba su dimisión, el exJEMAD Villarroya aseguró que nunca no había "pretendido aprovecharse de privilegios no justificables", y no admite en ningún momento el error de haberse vacunado antes que otros colectivos prioritarios. Sin embargo, el general Villaroya consideró que la noticia de las vacunaciones de militares estaba deteriorando la imagen pública del Ejército español y poniendo en duda su honradez, y por eso decidió dimitir de su cargo.