"El gobierno español está nervioso porque este juicio de alto perfil puede ponerle en contra al público europeo, al ver que se emplea la justicia para reprimir las demandas de independencia catalanas". Esa es la conclusión de Patrick Wintour, el veterano corresponsal diplomático de The Guardian, tras asistir a una reunión con el embajador español en Londres en uno de las acciones de la campaña del Ministerio de Asuntos Exteriores de Josep Borrell "destinada a convencer al mundo de que el juicio [al procés] no es político", como explica el mismo Wintour, con un punto de ironía.
Carlos Bastarreche, el embajador (en la foto), ha dicho a un grupo selecto de periodistas británicos que el juicio es "de importancia primordial para la reputación de España como democracia moderna".
El embajador acusa al Govern de emprender "una campaña de desinformación masiva", según Wintour. quien recuerda que funcionarios del Departament d'Exteriors, "altamente activos, ya han pasado por el Reino Unido para hablar con los diputados y transmitirles que el juicio es un teatro político" cuya sentencia ya está escrita (a political show trial).
España es así
"El Gobierno está realmente preocupado porque la imagen de España puede verse afectada negativamente por la campaña de desinformación, y se ha decidido poner en marcha una respuesta", ha dicho el embajador a los periodistas. "Estamos ante una campaña de información muy organizada que se basa en difundir noticias falsas (fake news). El principal mensaje de nuestros oponentes es que España no es una democracia".
Bastarreche ha reconocido a los periodistas británicos que España tiene un desafío único a la hora de explicar su caso en el Reino Unido, porque el parlamento de Westminster había permitido en Escocia celebrar un referéndum de independencia, explica Wintour, que remacha: "El Congreso español no ha aceptado celebrar un referéndum así".
Por lo que explica Wintour, las explicaciones del diplomático español no parecen muy abiertas al debate. España es así y punto, viene a decir. Respecto al referéndum escocés, "Gran Bretaña es diferente. No tiene una constitución escrita y no tiene establecida la unidad del país. Eso es producto de nuestra historia. La indisolubilidad de nuestro país es uno de sus principales principios". La manifestación del domingo pasado en Madrid prueba que España es un país diverso, "como el Brexit es prueba de la gama de opiniones del Reino Unido". Además, "España es una de las democracias más sólidas del mundo y dispone de uno de los sistemas judiciales más garantistas hacia los derechos de los acusados".
El relato indepe
Wintour recuerda que "el relato separatista (largas detenciones sin juicio, potenciales sentencias duras y la escasa evidencia de que alguno de los acusados promoviera la violencia) ha configurado sobradamente la opinión europea".
"Nosotros no desinformamos", ha dicho el conseller de Exteriores, Alfred Bosch, al diario progresista. La campaña del Gobierno demuestra que Madrid "se siente frágil e incómodo". Para Bosch, "es obvio en la Europa del siglo XXI que la gente tiene que decidir sobre su futuro o no habrá solución permanente. La única violencia que se produjo en el referéndum del 1 de octubre fue cometida por la policía española o la Guardia Civil, no por el gobierno catalán".
El conseller también ha recordado que los tribunales europeos han rechazado las solicitudes de extradición del Gobierno para los líderes catalanes exiliados.