"Primero de todo, defender la democracia". "Toca resistir". Esta es la prioridad de la hoja de ruta que se ha marcado el gobierno de Carles Puigdemont desde Bruselas y así se expresa en la "Carta des de Bèlgica", firmada por el presidente y los consellers Toni Comín, Meritxell Serret, Clara Ponsatí y Lluís Puig, el contenido íntegro de la cual se conocerá en las próximas horas, según ha sabido El Nacional.
Puigdemont y los consellers, establecidos en Bruselas y en situación de libertad provisional vigilada mientras la justicia belga resuelve la petición de entrega cursada por España, anuncian en el escrito que se ha puesto en marcha una estructura estable para coordinar las acciones del gobierno catalán desde el "exilio".
En el texto señalan que cumplirán una doble obligación. En primer lugar, mantener la legitimidad como gobierno, de acuerdo con el resultado de las elecciones del 27-S del 2015, que eligieron un Parlamento también legítimo, y, en segundo, "sostener la democracia" ante un Estado que ven "enloquecido y descontrolado".
Pulsión violenta del sistema español
El texto censura con dureza la actitud del Estado español e incluso la tolerancia de la Unión Europea ante los "abusos" contra las demandas catalanas. Pero aboga porque la reivindicación independentista mantenga el tono cívico y pacífico: "No nos dejemos arrastrar por la pulsión violenta que impera en buena parte del sistema político español, porque es el único ámbito en que seguro que perderemos", se afirma en el escrito, según ha sabido este diario.
La hoja de ruta para los próximos días pasa por "Defender la democracia"; "toca resistir, perseverar y seguir defendiendo nuestra lengua, nuestra cultura y nuestra historia". "Toca echar democráticamente de nuestras instituciones a los que se las han querido hacer suyas con un golpe de estado", se añade en alusión al gobierno de Mariano Rajoy y sus aliados políticos, el PSOE y Cs, que han avalado la aplicación del artículo 155 de la Constitución para tomar el control de la autonomía.
El otro objetivo capital es "conseguir la liberación de los presos políticos que tiene secuestrados el Estado español", es decir, el vicepresidente Oriol Junqueras, los siete consellers y conselleres y los presidentes de la ANC y Òmnium, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, encarcelados en Madrid. Por eso, se llama a la ciudadanía a participar en la manifestación del sábado en Barcelona y en las elecciones del 21 de diciembre, convocadas por el presidente del gobierno español.