La decisión del Gobierno de rescindir unilateralmente el contrato de compra de balas en Israel no implica la ruptura de las relaciones comerciales con el país hebreo. De hecho, el Ministerio del Interior mantiene vigente un contrato para el suministro de chalecos antibalas para la Guardia Civil con la misma empresa de origen israelí que ha generado desacuerdo en la Moncloa. Según han confirmado fuentes de la cartera ministerial a la agencia EFE, este contrato, valorado en 319.000 euros y publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), no se considera incluido en el compromiso gubernamental de no suscribir nuevos contratos de compraventa de armas con empresas israelíes, ya que, en este caso, el material adquirido es de protección y no de ofensivo.

Las mismas fuentes han detallado que en la licitación para la compra de estos chalecos antibalas participaron cuatro empresas. No obstante, tres de ellas fueron declaradas "no aptas" por la Mesa de Contratación, ya que sus productos no cumplían los requisitos técnicos establecidos en el pliego de condiciones. Finalmente, la adjudicación recayó en la empresa Guardian Homeland Security, filial en el estado español de la israelí IMI Systems.

El Ministerio de Defensa también mantiene varios vínculos con tecnología israelí, a pesar de haber afirmado a EFE que no adquiere ni armamento ni munición procedentes directamente de Israel. En este sentido, el Consejo de Ministros aprobó el pasado 3 de octubre de 2023 la compra de 168 sistemas de misiles SPIKE LR2 destinados tanto al Ejército de Tierra como la Infantería de Marina. Este contrato, valorado en aproximadamente 285 millones de euros, será desarrollado por la compañía española Buche-Tecnos, el proveedor tecnológico del cual, según Defensa, es la empresa israelí Rafael, y que "no es sustituible".

Por otra parte, también continúa activo el programa de desarrollo del lanzacohetes de largo alcance SILAM. Este proyecto está liderado por las empresas españolas Escribano y Expal, actualmente propiedad de la multinacional alemana Rheinmetall. Aunque la fabricación es local, la cadena de suministro podría incluir componentes tecnológicos bajo licencia de la compañía israelí Elbit, en este caso sin una alternativa tecnológica sustituible, según el Ministerio de Defensa.

Con respecto al programador M339 Setter para espoletas de 120 mm, que pretendía mejorar la eficacia de la munición de los carros de combate Leopard, su licitación fue paralizada el pasado 26 de noviembre. El motivo fue que la empresa que se había presentado a la licitación era la israelí IMMY, hecho que llevó al ministerio a decidir no formalizar ningún contrato.