El Gobierno no ha asistido al acto de toma de posesión del 131º presidente de la Generalitat, Quim Torra. Es la primera vez que la administración española se ha quedado fuera de una toma de posesión de presidente de la Generalitat desde 1977, con Josep Tarradellas vuelto del exilio.
El motivo sería que desde la Generalitat se ha intentado "imponer el nivel de la delegación gubernamental, algo que no se ha aceptado", exponen las fuentes consultadas. Como explicaba este diario, la celebración se había convertido en un nuevo pulso con el Ejecutivo y el delegado, Enric Millo, que reclamaban decir su palabra sobre la organización del acontecimiento y sobre la presencia del Estado.
En ese sentido, desde el Gobierno le reprochan al president que el modelo de acto organizado por la Generalitat "degrade la propia dignidad de la institución", en tanto que ha sido austero, de perfil muy discreto, sin invitados, ni convocatoria de prensa.
Hasta el último momento, fuentes del Ejecutivo dudaron este miércoles si enviarían a alguna comitiva, pero finalmente se ha rechazado dicha asistencia.