Una de las excusas más utilizadas por el gobierno valenciano para justificar su nefasta gestión sobre la DANA es la falta de información sobre el crecimiento del caudal del barranco de Poyo el pasado 29 de octubre. A pesar de la existencia de hasta 62 correos electrónicos de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) y las 10 llamadas telefónicas de Aemet a Protección Civil de Emergencias de la Generalitat Valenciana alertando de la crecida del barranco, el president Carlos Mazón mantiene este argumento defendiendo que los avisos no fueron suficientes. Ahora, según revela elDiario.es el coordinador del operativo de inundaciones, el Consorcio Provincial de Bomberos de València envió el día de la DANA a cuatro unidades de bomberos forestales a controlar las escalas, es decir, los caudales del barranco de Poyo y el río Magre en Xiva, Alzira, Requena y Utiel.
En concreto, a las 12:56 del pasado 29 de octubre se envió la primera unidad con sede en Bunyol para medir el caudal del barranco a la altura de Xiva. A las 13:01 horas, se envió a la unidad con sede a Alzira a tomar medidas del río Magre a la altura de Carlet. A las 14:00 horas, la unidad de Requena se trasladó a la pedanía del Pontón, por donde también pasa el Magre, y finalmente, a las 15:00 horas, la unidad de Sinarques recibió órdenes para medir el Magre a la altura de Utiel. A estas horas, ya había territorios que estaban sufriendo inundaciones.
Información de los caudales
Según indica el protocolo, los datos recaudados por estas unidades de bomberos se tendrían que haber remitido al Centro de Coordinación de Emergencias. Según apunta el digital, haciendo referencia el plan de inundaciones de 2010 y el Manual de Prácticas de Bomberos Forestales, la Generalitat está obligada a enviar a sus operarios autonómicos a hacer lecturas de caudal en ramblas y barrancos cuando hay previsión de inundaciones. El documento señala que "la Unidad de Bomberos Forestales [UBF] recibirá la instrucción de hacer la lectura de las escalas que tiene asignadas (todas o alguna de ellas), cuándo se requiera conocer la evolución del caudal a consecuencia de la intensidad de las lluvias."
El manual de actuación indica que la unidad de bomberos "recibirá la instrucción de hacer la lectura de las escalas que tiene asignadas (todas o alguna de ellas), cuándo sea necesario conocer la evolución del caudal por la intensidad de las lluvias." Posteriormente, los datos se anotan en la ficha por la lectura del nivel del agua en escalas (se adjunta modelo en esta práctica) y serán comunicados a la Central del Consorcio, que a su vez los trasladará al Centro de Coordinación de Emergencias (CCE). Con los datos obtenidos, el CCE dará instrucciones con el fin de conocer la evolución de los picos de avenida". Con esta información, Emergencias habría tenido datos propios suficientes, aparte de las facilitadas por la CHJ y la Aemet.
Actuaciones de los bomberos
El informe fija que la actuación del bombero delante de las lluvias y en qué niveles de los caudales tiene que enviar la alarma. Es muy importante que el seguimiento se realice desde el primer momento, procurando tener información a intervalos regulares de tiempo, información que tiene que transmitirse a los municipios próximos y al Centro de Coordinación de Emergencias de Generalitat (CCE). Gracias a eso se puede tener información en tiempo real que resulta fundamental para la adecuada previsión de las situaciones de emergencia, especialmente en las cuencas de ramblas y barrancos, en las cuales los acontecimientos se suceden con gran rapidez".
El manual también prepara las actuaciones de los bomberos en "prácticas fuera de episodios de lluvia". Además, los bomberos tienen que tener conocimiento de donde se ubican las escalas que tienen indicadas, los puntos de observación de las mismas y el procedimiento de lectura. Con el fin de conocer esta información, la unidad se trasladará dos veces al año, en el lugar donde se sitúa la escala, y comprobará que el punto de observación es el adecuado, además, todos los miembros de la unidad harán una lectura de nivel. Así pues, el argumento de Mazón, que aseguraba que solo hay un medidor en el barranco de Poyo y que se produjo un "apagón informativo" pierde mucha credibilidad.