En plena vorágine de los discursos contra la lengua catalana desencadenados por las polémicas del catalán en las aulas y en las plataformas de streaming llega el informe de quejas lingüísticas de 2020 realizado por Plataforma per la Llengua. Entre las invectivas de varios partidos que sostienen que en Catalunya no se habla castellano, los datos que expone la organización son un golpe de realidad: el catalán se encuentra en graves problemas. El informe expone que el año 2020 las quejas lingüísticas aumentaron un 80% con respecto a 2019.
El año 2020 se recogieron 1.303 quejas, mientras que el año anterior fueron 725. Es una diferencia sustancial, pero que la entidad pone en su contexto. Plataforma per la Llengua expone, por una parte, que se trata un crecimiento que se reproduce año tras año, siempre en aumento. Por ejemplo, en noviembre de 2021, las quejas del año ya superan las 1.500 y, por lo tanto, ya ha quedado atrás el récord de 2020.
Fuente: Plataforma per la Llengua
Por otra parte, la organización aclara que parte del crecimiento de las quejas está relacionado con el aumento progresivo de socios que han experimentado entre 2010 y 2021, en los que Plataforma per la Lengua ha pasado de los 2.000 a los más de 24.000 socios.
Para la organización, los dos crecimientos están relacionados con el crecimiento de Plataforma per la Llengua y la extensión de la conciencia lingüística entre la población. "Cuanto más concienciados de la importancia de mantener y recuperar el catalán estén los ciudadanos, más conscientes serán también de los obstáculos existentes", asegura la entidad. Y añade: "Las quejas muestran que el proceso de normalización lingüística está todavía lejos de completarse".
Vulneraciones de la ley
Según las diversas quejas lingüísticas recogidas, Plataforma per la Llengua destaca que dos de cada tres de ellas tienen que ver con el incumplimiento de la normativa vigente. Es decir, la mayoría de quejas son por hechos o situaciones específicamente recogidas en el ordenamiento jurídico.
De las 1.303 quejas reportadas el año 2020, 865 hacían referencia a vulneraciones de las regulaciones lingüísticas. La entidad expone que estas situaciones son debidas a "las inercias que genera un marco legal que, a pesar de los matices y los espacios de tolerancia, es en esencia supremacista y favorece un grupo lingüístico (el castellanohablante) mientras relega los otros".
No es el único motivo que encuentra que puede justificar esta situación. También considera que "los datos también se pueden explicar en parte por la poca determinación del sector público, y en especial de las instituciones autonómicas, para garantizar el cumplimiento de las normas de normalización lingüística."
Imagen principal: Un grupo de personas andan por una calle en Barcelona / Europa Press