El expresidente del gobierno español, Felipe González, está tanto o más preocupado por los nacionalismos que por el propio coronavirus. En una entrevista en Onda Cero, cree que "el otro gran virus de Europa es el nacionalismo que pone en peligro el proyecto en común".
Asegura que no quiere "dar un nombre concreto" a este tipo de pandemia pero es un problema si se sigue alimentando. Tampoco ha hecho referencia a ningún nacionalismo en concreto, aunque sí ha advertido de su peligro porque "puede acabar con todo el mundo".
En clave económica, ha pedido que la Unión Europea emita deuda solidaria y no "ponga condicionamientos absurdos, ya que nadie es superior al otro". Y desde la óptica española, ha alabado "las grandes competencias y conocimientos que tienen las comunidades autónomas" para hacer frente al coronavirus, aunque la mirada "no puede ser local".
Por eso ha obviado a aquellos críticos con reeditar el Pacto de la Moncloa para salir de la crisis: "Escucho algunos discursos cargados de ideología que critican los pactos de la Moncloa y olvidan que no se trata de pactar, sino de tener una actitud de diálogo permanente".
González concluye que "siempre habrá quienes se nieguen". En clave catalana, tan sólo ha hecho referencia explícita a los partidos independentistas cuando el mismo Carlos Alsina, presentador del programa Más de uno, le ha preguntado explícitamente. Y la respuesta de González ha sido echar pelotas fuera sobre la figura del relator y alabar el discurso del diputado de Esquerra Gabriel Rufián: "Cuando Rufián dice que primero de todo es la vida de las personas es con la idea que me quedo".