La consellera de Acción Exterior y Unión Europea, Meritxell Serret, ha admitido este miércoles que el Govern tiene cierta "preocupación" y "descontento" por los pocos avances que se están viendo en la propuesta para oficializar el catalán en la Unión Europea. Una inquietud que se ha visto exacerbada en los últimos días por las formas con que el Gobierno ha trasladado a los estados europeos su propuesta para incluir el catalán, el vasco y el gallego en la lista de lenguas oficiales de la institución europea. El 24 de octubre, la reunión del Consejo de Asuntos Generales de la UE acabó posponiendo la decisión y solicitando al ejecutivo español más información sobre la petición de cara a la reunión celebrada ayer miércoles. Pero a pesar de tener tres semanas de margen, el gobierno de Sánchez no difundió al resto de socios su propuesta actualizada hasta el lunes por la noche —un día y medio antes del encuentro— y en castellano.
El retraso temporal y el hecho de compartir la propuesta en uno este idioma provocó que los otros 26 estados no tuvieran bastante tiempo para analizar el texto. Fuentes diplomáticas europeas presentes en el encuentro han explicado que solo intervino el secretario de estado español para la UE, Pascual Navarro, quien también presidía la sesión. Navarro explicó al resto de socios la nueva propuesta española sin recibir ninguna reacción de ningún otro representante. "No ha habido comentarios", subrayaron fuentes presentes en la sala. Este miércoles no se preveía ninguna votación sobre la cuestión, pero el patinazo de España ha hecho imposible también cualquier avance mínimo.
Posteriormente, y en rueda de prensa, el comisario de Relaciones Institucionales, Maroš Šefčovič, explicó que ningún otro representante había comentado el punto porque estaban "satisfechos con la información" expuesta. Sin embargo, un elemento clave para que pueda progresar la petición es que la Comisión Europea haga público un informe sobre el impacto legal y financiero de la oficialización de las tres lenguas, sin el cual no se esperan avances. El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, ya reconoció que este documento tardaría "dos o tres meses" en publicarse, y ahora Šefčovič también ha evitado poner ninguna fecha. El comisario se ha limitado a decir que la evaluación "se tiene que hacer con mucha atención" y que toma tiempo porque también implica otras instituciones con servicios de traducción e interpretación.
El Govern seguirá presionando
Con todo, Meritxell Serret no ha dudado a hacer pública la disconformidad del Govern por los pocos avances. La consellera, que había viajado hasta Bruselas precisamente para seguir de cerca el Consejo de Asuntos Generales, ha reiterado que el ejecutivo de Pere Aragonès seguirá pidiendo "máxima exigencia" al Gobierno para que la propuesta sobre la oficialidad del catalán se trate "con la máxima rigurosidad" para "ganar la confianza de todos los estados". "Es imprescindible mantener un buen trabajo para mantener la credibilidad de la propuesta", ha añadido. Con respecto a los 'tempos' de la propuesta, Serret ha apuntado que el Govern "no se pondrá plazos", aunque también ha dejado claro que se exigirá al Gobierno que la oficialidad sea una realidad "cuanto antes mejor". "No queremos que eso se dilate innecesariamente", ha manifestado.