El Govern de la Generalitat está de mudanzas. Este martes el vicepresident, Pere Aragonès, estrenó despacho en el nuevo Distrito Administrativo de la Zona Franca, donde también se han trasladado los consellers de Justícia, Ester Capella, y el de Polítiques Digitals i Funció Pública, Jordi Puigneró. Los tres dieron por inaugurado el nuevo espacio participando desde sus despachos en la reunión telemática del Govern.
El proceso de traslado al nuevo edificio comenzó el 6 de marzo y obligará a reubicar a 2.400 trabajadores del Govern que hasta ahora estaban distribuidos en 14 ubicaciones diferentes de Barcelona. La previsión del calendario de traslado, que se puso en marcha pocos días antes del confinamiento por el coronavirus, era que concluyera a mediados de junio.
De todos los edificios que abandona el Govern, el más emblemático es sin duda la conselleria de Economía, que también ha sido sede de vicepresidencia con Oriol Junqueras y Pere Aragonès. Situado en el cruce de Rambla Catalunya con la Gran Via de les Corts, fue adquirido durante los primero años de Govern Pujol por el entonces conseller de Economía, Ramon Trias Fargas. En aquel momento era un edificio de oficinas aunque originariamente había sido construido, en 1909, para servir de residencia habitual del empresario y abogado manresano Heribert Pons Arola.
Aunque la estructura modernista de la construcción sufrió muchas transformaciones a lo largo de los años, todavía conserva muchos elementos singulares, como la escalera señorial de mármol blanco que recibe el visitante custodiada por una Diana armada de un arco y con un ciervo a los pies.
A la historia del edificio, además, hay que añadido el haver sido escenario de una de las jornadas más emblemáticas previas al referéndum del 1-O, cuando el 20 de septiembre del 2017, miles de personas se concentraron durante horas fuera de la conselleria para protestar contra los registros de la Guardia Civil y las detenciones de miembros del departamento de Oriol Junqueras.
Los hechos que ocurrieron aquella jornada, con las dificultades para la salida de la comitiva judicial encargada del registro y la destrucción de los vehículos de la policía aparcados en la puerta, fueron clave para la condena de los líderes de Òmnium y la ANC, Jordi Cuixart y Jordi Sánchez, en el juicio contra los responsables del procés del Tribunal Supremo.
Ya en aquel momento, la Generalitat vivía de alquiler en la Casa Heribert Pons. El Govern de Artur Mas la había vendido el año 2013, en plena crisi económica, junto a otras propiedades para intentar cubrir las necesidades de tesorería de la Generalitat. La venta se cerró en segunda subasta por 23,2 millones de euros. El edificio, de 8.080m2 fue comprado por el holding financiero del grupo farmacéutico italiano Angelini y se acordó un alquiler con el nuevo propietario que en aquel momento se cifró en 95.693 euros mensuales y que tenía que ser por un máximo de tres años.
El nuevo edificio al cual se han trasladado las tres conselleries es propiedad de AXA Real Estate y está construido en un solar propiedad de Fira 2000, en la zona Franca, en concreto en el barrio de Marina de Port, y la Generalitat ha firmado un contrato de arrendamiento por un periodo de 20 años, a razón de 13,45 millones de euros cada año.
Se trata de un edificio de 46.000 m2, según el Govern, "uno de los edificios de oficinas de mayor dimensión de Barcelona, es singular i moderno". Sin duda mucho más cómodo pero con mucha menos historia que la la Casa Heribert Pons que en breve tendrá vacíos sus despachos.